La organización ecologista GOB pretende reducir a la mitad el peso del turismo en la economía balear para el año 2035.
En las propuestas de su informe sobre la transición ecosocial en las islas, Margalida Ramis, del GOB, reconoce que, aún así, dentro de una década seguiremos teniendo una economía “insostenible” por su dependencia del turismo. No obstante, se habrán realizado avances en el sector alimentario —que debería duplicar su tamaño—, en la silvicultura y en la industria basada en la producción verde.
“¿Cuáles son nuestros objetivos? El turismo debe decrecer; necesitamos diversificar y redimensionar nuestra economía, pero debemos considerar las desigualdades sociales que se han generado. Asimismo, hay que tener presentes los límites biofísicos que se han superado a nivel global, no solo local.
“Se precisa una transformación del modelo económico. Debemos dialogar con la clase trabajadora. Cuando organizamos protestas contra el turismo y los trabajadores del sector no están presentes, en cierta medida, estamos fallando. No lograremos el cambio, el decrecimiento y los límites si la clase obrera no está con nosotros. No deberían sentirse amenazados por nuestras propuestas. Ecologismo y movimiento obrero deben ir unidos, o ninguna transformación será posible.
“Contamos con una economía de servicios, que se ha centrado en la especialización turística. No producimos nada de lo que consumimos. Somos muy vulnerables, ya que dependemos de un único sector. Aspiramos a transitar hacia una economía productiva enfocada en generar aquello que realmente necesitamos para sostener la vida en nuestro territorio.”
El informe hace especial hincapié en la jornada laboral, cuyo objetivo es alcanzar las 30 horas semanales para 2035. Las cifras del GOB sugieren que dentro de diez años habría 665.125 personas empleadas, 108.720 más que en 2022. El número total de horas trabajadas en el sector turístico descendería en un 52% respecto a 2022. Esta cifra es la que explica fundamentalmente la reducción del 50% en la importancia económica.
En cuanto al empleo turístico, se perderían 34.535 puestos debido a la semana de 30 horas, quedando en 75.806. El GOB también prevé pérdidas de empleo en la construcción, el comercio y el transporte, pero sostiene que habría ganancias en, entre otros ámbitos, la producción de alimentos, los cuidados remunerados y la administración pública.
“Es necesario relocalizar la producción y es imprescindible la ruralización. Lo que más necesitamos es la producción de alimentos. ¿Cuál es nuestro enfoque principal? Una disminución del turismo, la construcción y el transporte. ¿Qué debería aumentar? El sector primario, el reciclaje… . Pero en diez años, un cambio tan drástico no puede ocurrir hasta el punto de que el turismo deje de ser fundamental.
“Basar una economía en traer extranjeros para que pasen tiempo y consuman recursos es una locura. ¿Cuál es la solución? Que vengan menos y paguen más. Aquí hay una cuestión de justicia social que debe ser considerada. Deseo menos turistas, pero no solo que vengan personas adineradas. ¿Por qué no podemos tener turismo social? En estos hoteles de cuatro o cinco estrellas, ¿acaso los trabajadores ganan cuatro o cinco veces más?”
