Qué ironía. Durante todo el verano, como es habitual, hemos sido bombardeados con cifras sobre el número de visitantes y compradores de vivienda extranjeros, pero muy pocos estudios se han llevado a cabo sobre el movimiento de los españoles.
Sin embargo, según el informe ‘Intergenerational Employment Outlook’ de Gi Group Holding, un número creciente de españoles decide emigrar. Las principales razones son el deseo de vivir una experiencia diferente (47,8%), mejorar la calidad de vida (38,3%), desarrollarse profesionalmente (36,6%) y alcanzar una mayor estabilidad laboral (28,7%).
Dicho ésto, por amigos míos que trabajan en diversas partes de Europa y más allá, sé que el fondo de la cuestión son mejores salarios y un coste de la vida que continua disparándose de forma desproporcionada, especialmente en las Islas Baleares.
De acuerdo con la encuesta, al preguntarles por sus razones para trabajar en el extranjero, el 60,9% de los encuestados citó la busqueda de un mejor sueldo como su principal motivación para abandonar España. Lograr una mejor calidad de vida (47,8%) es la segunda razón —y yo que pensaba que todo el mundo quería vivir en Baleares precisamente por eso.
Aquellos que conozco que se han ido adoran volver de vacaciones, ver a la familia, pero muy pocos contemplan el regreso de forma permanente —no se lo pueden permitir.
