Anhelábamos comida honesta: algo cálido, nutritivo, hecho con amor. Crédito: La Veranda
Cuando los primeros invitados del verano lleguen a La Veranda, no solo encontrarán una terraza hermosamente dispuesta frente al Mediterráneo, sino también una historia. Una historia de días enteros dedicados a catas exahustivas, de decisiones meditadas que nunca se tomaron a la ligera, siempre con un único propósito: crear algo especial. La Veranda no es solo para desayunar. Es un sueño hecho realidad, construido con el corazón, diseñado con amor y servido con propósito.
