La Fiscalía Abre una Investigación por Presuntas Facturas Falsas en los Festivales de Orihuela

El escándalo ha planteado serios interrogantes sobre la supervisión en el programa de subvenciones municipal, en particular el papel de la Concejala Rocío Ortuño (PP), al frente del área de festejos.

Fondos públicos por más de 26.000 euros en el punto de mira; un exasesor del PP niega cualquier irregularidad y acusa al Ayuntamiento de montar un teatro político.

La Fiscalía ha iniciado una investigación penal por presuntas facturas falsificadas vinculadas a festivales en La Murada y Orihuela Costa. El caso surge de un informe presentado por el Ayuntamiento de Orihuela, que alertó de posibles irregularidades en subvenciones por un importe de 26.632 euros.

Los fondos habían sido adelantados por la administración local en diciembre de 2024 a los dos comités de festejos, destinados a financiar actividades culturales y festivas supervisadas por la Concejala Rocío Ortuño (PP). El 19 de agosto, la Fiscalía de Elche, con sede en Orihuela, registró formalmente la denuncia del Consistorio, respaldada por 117 expedientes que contenían estados de cuenta, facturas y reiteradas peticiones de explicaciones ante lo que los técnicos municipales describieron como “evidentes inconsistencias”.

El Ayuntamiento exige la devolución de 19.280 euros al comité de festejos de La Murada—anteriormente presidido por Cristian Berná, asesor político del alcalde Pepe Vegara que dimitió tras el escándalo—así como de 7.352 euros al comité de Orihuela Costa, una organización de creación más reciente.

Berná se defiende
En un comunicado emitido el martes, Berná negó cualquier actuación incorrecta y señaló que había presentado objeciones contra la orden de devolver la subvención. Tildó el procedimiento de “nulo de pleno derecho” y acusó al gobierno local de fabricar “una falsa narrativa” con fines políticos.

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Criticó al consistorio por airear el caso antes de notificar a los implicados, afirmando que estaba movido por “un celo excesivo y nada disimulado por exhibir su supuesto compromiso con la justicia”. Berná también acusó a los responsables de socavar la presunción de inocencia al presumir en rueda de prensa de que unos controles municipales más estrictos habían sacado a la luz las irregularidades.

Calificando el asunto de “una mala farsa de guion cómico”, Berná insistió en que siempre presentó documentación auténtica para justificar las subvenciones, con la asistencia del personal del Departamento de Festejos, quien registró y selló las facturas. Argumentó que las presuntamente falsificadas eran desconocidas para el comité de festejos hasta que se inició el proceso de reintegro, y señaló que se ha encargado a un perito informático independiente el análisis de los archivos.

Berná mantiene que el comité justificó suficientemente el uso de los fondos y alega que este asunto le ha causado “un daño moral y material irreparable”, por el que pretende demandar una reparación jurídica.