El primer ministro español, Pedro Sánchez, está causando revuelo en Copenhaguen al intentar incluir la lucha contra el cambio climático —junto con la gestión de emergencias y desastres— como parte del presupuesto de defensa de España.
Mientras los líderes mundiales se concentran en la agresión rusa, comprando tanques, bombas y artillería pesada, España sigue su propio camino, priorizando el planeta por encima de los misiles.
Según El Mundo, Madrid está promoviendo la idea de que el gasto en clima equivale a gasto en seguridad, denominándolo un "enfoque de 360º" para garantizar la seguridad nacional. Sánchez ha añadido además la lucha contra la desinformación al conjunto de medidas de seguridad global.
El presidente defiende los registros de España, alardeando de que el país ya ha incrementado el gasto en defensa en un 43,11 % para alcanzar el antiguo objetivo del 2 % del PIB, a pesar de las presiones de los aliados de la OTAN para que se incremente aún más. Mientras, los países de la OTAN ya han acordado elevar el gasto al 5 % del PIB.
España añadirá 10.500 millones de euros a defensa y seguridad en 2025 en comparación con 2024. Pero aquí está el detalle: alrededor de 1.750 millones —aproximadamente un 15 %— se destinarán a la gestión de emergencias y desastres, no a misiles o tropas. Sánchez, según se informa, declaró sin rodeos a los periodistas: "El cambio climático mata".
Sus partidarios señalan una década de caos relacionado con el clima en España, que, aseguran, ha causado daños por valor de 30.000 millones de euros y 20.000 muertes.
En otros lugares, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, coincidió en que la inmigración y el cambio climático son importantes para la seguridad, pero también insta a Europa a reforzarse militarmente, urgiendo a los países a "pasar de las palabras a los hechos" e incrementar el apoyo a Ucrania.
Mientras tanto, el enfoque prioritario de Sánchez sobre el clima está generando fricciones con las potencias europeas. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, aboga por un "muro de drones"; el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, exige solidaridad del sur; y España se arriesga a quedar relegada a un segundo plano.
El país ya fue excluido de la coalición internacional contra el narcotráfico en Venezuela y recibió una advertencia de Estados Unidos por sus negocios con el gigante tecnológico chino Huawei.
Sánchez puede que esté defendiendo el planeta, pero en el ámbito de la seguridad global, parece que España se queda sola.
