Hoy, Francia conmemora La Fête Nationale, conocida mundialmente como el Día de la Bastilla, un símbolo de libertad, revolución y unidad nacional. Mucho más que una festividad, representa el espíritu indomable del pueblo francés y el nacimiento de la democracia moderna en Francia.
Un comienzo revolucionario
La Fête Nationale marca el aniversario de la toma de la prisión de la Bastilla en París el 14 de julio de 1789, un momento clave en la Revolución Francesa. La Bastilla, una fortaleza medieval utilizada como cárcel por la monarquía, simbolizaba el poder absoluto del rey Luis XVI. Para el pueblo llano, era la encarnación de la tiranía.
Aquel verano, la crisis económica, la escasez de alimentos y el descontento contra el opresivo régimen alcanzaron su punto álgido. Los parisinos, inspirados por los ideales revolucionarios de libertad, igualdad y fraternidad, salieron a las calles. Civiles armados asaltaron la Bastilla, no solo para liberar a los pocos prisioneros que había, sino para apoderarse de la pólvora y armas almacenadas. El asalto fue brutal. Tras un tenso asedio, el gobernador de la prisión, Bernard-René de Launay, fue capturado y ejecutado por la multitud, su cabeza exhibida en una pica por las calles de París (¿no echas de menos los buenos tiempos?).
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La toma de la Bastilla no acabó con la monarquía de inmediato, pero desencadenó una serie de eventos trascendentales. En tres años, el rey Luis XVI fue ejecutado y, nueve meses después, su esposa María Antonieta corrió la misma suerte. Para entonces, la monarquía ya había sido abolida y la transformación radical de Francia estaba en marcha, convirtiéndose el levantamiento en un símbolo eterno de la rebelión popular contra la opresión.
La fiesta nacional
No fue hasta 1880 que el 14 de julio se declaró oficialmente fiesta nacional. La fecha cumplía dos objetivos: conmemorar la toma de la Bastilla y celebrar la unidad del pueblo francés, especialmente el primer Festival de la Federación en 1790, que simbolizó la reconciliación nacional. Desde entonces, La Fête Nationale encarna tanto el orgullo revolucionario como la identidad francesa.
En 2025, Francia celebra la festividad con su característica grandeza. El plato fuerte sigue siendo el desfile militar por los Campos Elíseos en París, el más antiguo y grande de Europa. Este año, el desfile comenzó a las 10 am, presidido por el presidente de la República, e incluyó vuelos de la Patrulla de Francia, tanques, caballería y miles de tropas francesas y aliadas.
En todo el país, ciudades y pueblos organizan festejos que reflejan la diversidad y riqueza cultural de la Francia actual. Conciertos, ferias y espectáculos callejeros tienen lugar en plazas y parques. La Torre Eiffel se iluminará con un espectáculo pirotécnico acompañado de música en vivo en el Campo de Marte, atrayendo a decenas de miles de espectadores. En ciudades como Marsella o Lille, los tradicionales “Bals des Pompiers”, organizados por bomberos locales, invitan a bailar hasta el amanecer. La Costa Azul celebra desfiles marítimos, mientras que recreaciones históricas y mercados artesanales reviven el espíritu revolucionario en comunidades más pequeñas. La Fête Nationale no es solo una celebración, sino también una reflexión sobre los valores de la República: libertad, igualdad y justicia. Hoy, Francia honra su pasado mientras abraza el presente, un testimonio de unidad y la eterna búsqueda humana de la libertad.
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