La conversación que estamos teniendo sobre los opioides en Canadá es muy diferente de la que teníamos hace un año.
Donde los canadienses estaban centrados en las políticas de salud para reducir el alto número de muertes por opioides, especialmente el año pasado, en medio del retroceso de la despenalización de drogas en Columbia Británica, nuestra atención ha cambiado últimamente, de las personas que consumen drogas a aquellos que las venden.
Esto se debe en gran parte al presidente Trump.
El Sr. Trump ha dicho que los criminales canadienses envían cantidades “masivas” de fentanilo ilegal a los Estados Unidos, uno de los pretexto para sus anteriores medidas arancelarias punitivas.
Menos del 1 por ciento del fentanilo interceptado por la Aduana y Protección Fronteriza de EE. UU. el año pasado estaba vinculado a Canadá. Aun así, Canadá hizo concesiones, nombrando un “zar del fentanilo” e invirtiendo en drones y helicópteros en la frontera. Como informé anteriormente, el gobierno acordó invertir millones de dólares en nuevos proyectos de recopilación de inteligencia y aumentos de personal en la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá.
Trabajé en las oficinas regionales de Toronto de la agencia como estudiante universitario hace aproximadamente una década, a veces ayudando con recorridos para equipos de medios de comunicación en una importante instalación postal donde los oficiales fronterizos demostraban cómo revisaban los paquetes en busca de fentanilo ilícito. En ese momento, la agencia estaba llevando a cabo uno de sus muchos esfuerzos de modernización fronteriza, reimaginando la frontera no como algo que comienza en las extremidades geográficas de Canadá, sino como una burbuja que se extiende más allá. El concepto de extender la frontera simplemente significaba identificar e interceptar amenazas de seguridad mucho antes de que tuvieran la oportunidad de llegar a nuestras puertas.
O, como era el caso del fentanilo en ese entonces, en los buzones canadienses.
Pequeñas cantidades de fentanilo, un potente opioide sintético, pueden generar enormes beneficios para las organizaciones criminales. Para dar contexto, 500 gramos de fentanilo, que es el peso de aproximadamente cuatro plátanos, tiene un valor en la calle de al menos 30,000 dólares canadienses, dicen la policía.
Siguiendo con la economía doméstica, en lugar de cuatro plátanos, imagina una cocina de tamaño mediano. Ese es aproximadamente el espacio que requieren algunas organizaciones criminales para sintetizar químicamente millones de dosis de fentanilo.
Mis colegas en México, Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, visitaron un laboratorio de cocina en el estado mexicano de Sinaloa, un centro de producción de fentanilo. Puedes leer su historia aquí.
Funcionarios canadienses han dicho que los grupos delictivos están cambiando a la producción nacional de fentanilo utilizando ingredientes químicos, llamados precursores, que son más difíciles de interceptar porque muchos tienen usos industriales legítimos.
Los oficiales fronterizos vieron un “aumento dramático” en la importación de productos químicos precursores en 2021, según un informe del departamento de seguridad pública de Canadá. Ese año, los oficiales interceptaron más de 5,000 kilogramos de productos químicos precursores, 10 veces más que el año anterior.
Estos productos químicos llegan principalmente de China y Hong Kong en barcos de carga, señala el informe.
La vigilancia de los puertos, incluido el Puerto de Vancouver, el más grande de Canadá, es responsabilidad de una serie de agencias de aplicación de la ley. En 1997, la fuerza policial portuaria dedicada fue disuelta.
El Puerto de Vancouver procesa alrededor de tres millones de contenedores cada año y está compuesto por instalaciones a lo largo del área metropolitana de Vancouver, incluidas las ciudades vecinas de Delta y Surrey.
Durante un reciente viaje de reportaje previo a las elecciones a Columbia Británica para cubrir la vivienda, visité la oficina del alcalde de Delta, George Harvie.
El Sr. Harvie ha estado dando la voz de alarma sobre la seguridad del puerto durante años y encargó un informe sobre el tema, publicado en 2023, por Peter German, un abogado, oficial de policía federal jubilado y conocido experto en anti lavado de dinero en la provincia.
El Sr. German argumentó a favor de cualquier tipo de presencia policial uniformada como reemplazo, especialmente para ayudar a los oficiales fronterizos. Aunque la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá no reveló la parte de los contenedores que se someten a rayos X para ver su contenido, el Sr. German dijo que el número es inferior al 2 por ciento, con menos del 1 por ciento inspeccionado físicamente.
El Sr. Harvie, quien se convirtió en alcalde en 2018, dijo que el gobierno desde el inicio de su mandato prometió entregar escáneres de carga rodante para ayudar a examinar más envíos, pero aún no han llegado. Esperaba que el informe de 2023 llamara la atención de Ottawa.
“Pero nuevamente, cayó en oídos sordos”, me dijo el Sr. Harvie.
“La mayor ayuda que tuve fue que el presidente Trump dijo que le preocupaba la cantidad de fentanilo que regresaba de Canadá a los Estados”, dijo. “No sé acerca de esos números, pero ciertamente, hay fentanilo entrando a Canadá.”
Cuando el Sr. Harvie ha visitado otros puertos, incluidos los de Singapur y Australia, y tan cerca como Seattle, a menudo se va sintiéndose frustrado, dijo, por los sistemas más avanzados que parecen tener otros países.
“Hay una gran brecha”, dijo el Sr. Harvie. “Hacemos más trabajo en nuestras fronteras terrestres que en ese puerto.”
Trans Canada
Vjosa Isai es una reportera de The Times con sede en Toronto.
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