ALICANTE. – La comunidad musulmana en Alicante está renovando sus llamamientos para obtener un cementerio propio, argumentando que las sepulturas creadas recientemente en el camposanto municipal son insuficientes para satisfacer la demanda.
Se estima que unas 50.000 personas musulmanas residen en la ciudad de Alicante, de un total de aproximadamente 120.000 en toda la provincia. Sin embargo, hasta este año, el Cementerio de Nuestra Señora del Remedio no contaba con un área designada para entierros islámicos. Su reciente ampliación, que añadió 2.550 nuevas unidades de sepultura, incluyó por primera vez 175 espacios para musulmanes y 107 para judíos, junto con más de 2.200 para cristianos.
La tradición musulmana exige que los cuerpos sean enterrados en contacto directo con la tierra y orientados hacia La Meca —disposiciones que han sido incorporadas en las nuevas parcelas. No obstante, estos espacios permanecen sin uso a la espera de modificaciones regulatorias para incluir los entierros musulmanes y judíos en la ordenanza municipal. Las autoridades municipales indican que dichas enmiendas legales están en trámite pero aún no se han completado.
Los representantes comunitarios describen la asignación como “un primer paso”, pero señalan que se queda corta. “Las nuevas parcelas son una solución a corto plazo”, explicó un portavoz, enfatizando que la demanda superará rápidamente la oferta. Los llamamientos para un cementerio musulmán dedicado en Alicante se remontan a la década de 1990. Algunos dentro de la comunidad han explorado la posibilidad de crear un camposanto entre Alicante y San Vicente del Raspeig, aunque el ayuntamiento afirma no haber recibido una propuesta formal.
Actualmente, algunos residentes musulmanes son enterrados en Alicante entre tumbas cristianas, mientras que otros son repatriados a sus países de origen o trasladados a cementerios en Valencia, incluido el cementerio musulmán de Chiva. Las familias afirman que un sitio local simplificaría los trámites, reduciría costos y reflejaría la enseñanza religiosa de que los difuntos deben ser enterrados donde vivieron.
El debate surge en medio de tensiones políticas: Vox ha presionado para eliminar las zonas de enterramiento musulmán en Alicante y en la cercana Elche, aunque la propuesta no fue incluida en los acuerdos finales con el Partido Popular gobernante.