La Comisión Europea se equivocó al negar la publicación de los mensajes de von der Leyen, dicta el tribunal

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado que la Comisión Europea se equivocó al negarse a divulgar los mensajes de texto enviados por Ursula von der Leyen al jefe de Pfizer durante las negociaciones para asegurar vacunas Covid-19.

El Tribunal General dijo que la Comisión no había dado una explicación plausible sobre por qué los intercambios entre su presidenta y Albert Bourla de Pfizer no podían hacerse públicos cuando un periodista investigador los solicitó en 2021.

Ese año, Pfizer firmó miles de millones de euros en contratos de vacunas con la UE, incluido un acuerdo por 1,8 mil millones de dosis adicionales.

El contenido de los mensajes entre von der Leyen y el Sr. Bourla sigue siendo secreto, en un caso candente que se conoce en Bruselas como Pfizergate.

El grupo anticorrupción Transparency International ha celebrado la decisión del Tribunal Europeo como una “victoria emblemática para la transparencia en la UE”, añadiendo que debería servir como un catalizador para poner fin a una “actitud restrictiva hacia la libertad de información”.

Von der Leyen se convirtió en presidenta de la Comisión en 2019, y en un año se enfrentó a la tarea de liderar la respuesta de la UE a la pandemia de Covid. Ganó un segundo mandato de cinco años a finales del año pasado. La decisión amenaza con dañar su reputación debido a la aparente falta de transparencia en torno al acuerdo de la vacuna Pfizer, en el que tuvo un papel tan significativo.

La Comisión dijo que estudiaría de cerca la decisión y consideraría sus próximos pasos, pero insistió en que la transparencia siempre ha sido de suma importancia.

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La controversia estalló en abril de 2021, cuando la periodista del New York Times, Matina Stevis, reveló cómo Ursula von der Leyen había negociado en privado con el jefe de Pfizer después de que su socio alemán BioNTech obtuviera la aprobación regulatoria para su medicamento Covid.

El artículo impulsó al periodista investigador Alexander Fanta, que trabajaba para una publicación alemana, a usar una solicitud de Libertad de Información para ver el intercambio de mensajes entre enero de 2021 y mayo de 2022. Pero la Comisión Europea lo rechazó, diciendo que no tenía los documentos.

Según las normas de transparencia de la Comisión, todo el personal, incluida la presidenta, debe archivar sus documentos. Sin embargo, los mensajes de texto móviles son un área gris, y el caso ha dependido en gran medida de si deben considerarse o no como registros importantes.

Un funcionario de la UE argumentó esta semana que los mensajes de SMS no se consideraban “sistemáticamente documentos públicos” y no se registraban como tal.

Fanta llevó el caso al Defensor del Pueblo Europeo en 2021, donde una investigación encontró que el fracaso de la Comisión en buscar los mensajes de texto más allá de su habitual archivo de documentos equivalía a una mala administración.

Stevis y el New York Times siguieron adelante, y cuando los mensajes aún no se hicieron públicos, llevaron a la Comisión Europea a los tribunales.

Al fallar sobre el desafío de Stevis, el tribunal dijo el miércoles que el ejecutivo de la UE se había basado “bien en suposiciones o en información cambiante o imprecisa”, mientras que el periodista y el New York Times habían logrado rebatir sus afirmaciones.

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El tribunal dijo que si se refutaba una presunción, entonces correspondía a la Comisión demostrar que los documentos o bien no existían o que no los poseía.

La Comisión no había aclarado si los mensajes de texto habían sido eliminados, dictaminó el tribunal, y si se habían eliminado, si eso se había hecho deliberadamente o si von der Leyen había cambiado su teléfono móvil desde entonces.