La Comisión Europea presentará una nueva doctrina de seguridad económica ante el incremento de riesgos globales. Esta iniciativa busca fortalecer la resiliencia estratégica de la Unión en un contexto geopolítico cada vez más volátil y fragmentado. Se espera que el marco aborde dependencias críticas en sectores como la energía, los materiales estratégicos y las tecnologías punteras, promoviendo una mayor autonomía sin renunciar a la competencia abierta.
La medida responde a presiones tanto internas como externas para reevaluar los instrumentos de política comercial e inversión bajo criterios de seguridad nacional. No obstante, algunos analistas advierten sobre el riesgo de provocar una escalada proteccionista que podría debilitar el sistema multilateral de comercio. La doctrina deberá, por tanto, equilibrar precaución con pragmatismo en su implementación.
Su éxito dependerá de la capacidad de los Estados miembro para coordinar políticas y financiar los proyectos comunes necesarios, un desafío no menor en la actual coyuntura económica.