En el Photobook Cafe de Shoreditch, *City in Dual Exposure: Between Memory and Present* de Jiaxin Chen, reimajina el uso del lenguaje de la fotografía urbana. A través de una serie de paneles iluminados, impresiones en capas y otras técnicas, la ciudad de Hong Kong se presenta como un sujeto de colapso temporal, en lugar de una entidad estática. La imagen de la ciudad se descompone, se vuelve a unir y finalmente, se socaba.
El método de trabajo de Jiaxin Chen destruye la idea de la fotografía como una representación estática. Ella ve el medio fotográfico como una superficie activa —una en la que los procesos de percepción, material y tiempo se unen. Usando experimentación fotográfica (doble exposición, tintado de cianotipo, montaje y manipulación física) Jiaxin Chen cuestiona la forma en que una ciudad puede ser recordada y continuamente reescrita al mismo tiempo. Como tal, sus fotografías existen en un lugar entre los reinos de la documentación y la abstracción, tal como la inestabilidad de la memoria misma.
En sus fotografías aparecen fragmentos familiares de Hong Kong (el taxi rojo, los letreros de neón y los rascacielos con espejos), sin embargo, Jiaxin Chen se resiste a enmarcar estos fragmentos como íconos. Más bien aparecen como momentos desconectados, superpuestos y vueltos a superponer, hasta que su capacidad para crear una narrativa coherente se pierde. Los edificios se pliegan unos sobre otros, las calles se mueven de un lugar a otro dentro de los límites de un solo marco, y la luz se fractura a lo largo de la superficie de sus fotografías. Las composiciones de Jiaxin Chen vacilan entre el orden y el caos, y representan el frágil equilibrio entre la historia y la velocidad del desarrollo en Hong Kong.
La instalación central del cubo es la característica más dominante de la exposición. Cada cara del cubo tiene un collage fotográfico densamente compuesto exhibido en su interior. Dependiendo de tu posición en relación al cubo, verás perspectivas conflictivas del mismo taxi, por ejemplo, luz del día en una cara del cubo y noche en la cara opuesta. La luz que se filtra por las juntas del cubo elimina todo razonamiento espacial y anima al espectador a caminar a su alrededor. Funcionalmente, el cubo sirve tanto como escultura como lente, destruyendo la diferencia entre la fotografía y el espacio.
La manipulación de la superficie por parte de Jiaxin Chen —a través de doblado, frotado y superposición— refuerza su rechazo a la pureza fotográfica. Los tonos de cianotipo usados en la mayoría de sus fotografías no son meramente decorativos; tienen propiedades conceptuales. Los tonos evocan tanto el residuo químico de la química fotográfica temprana como un sentimiento de anhelo distante. Las manipulaciones materiales de Jiaxin Chen la colocan en la compañía de fotógrafos que actualmente se preocupan por las propiedades físicas de la fotografía, aunque su interés sigue siendo la percepción en lugar de la nostalgia.
En su declaración, Chen hace referencia al concepto de heterotopía de Foucault y la teoría de la simultaneidad urbana de Benjamin —referencias que sustentan, en lugar de abrumar, el trabajo. Cada composición existe como un espacio heterotópico —el punto de encuentro de dos realidades dispares que existen sin reconciliación. La ciudad existe como un teatro de simultaneidad —progreso y decadencia, espectáculo y silencio, superficie y sombra. En este contexto fluido, el espectador encuentra no un solo Hong Kong, sino múltiples versiones de Hong Kong, superpuestas e inestables.
La iluminación tenue del Photobook Cafe aumenta el efecto de este entorno. Cada fotografía emite una luz suave sobre las paredes blancas que la rodean, proyectando elementos fragmentados de la ciudad en el espacio. Los reflejos caen en cascada en el espacio creando el contorno del espectador con la imagen. La suave y mutua intrusión de la silueta del espectador con la imagen, refuerza la preocupación de Jiaxin Chen con la percepción —el acto de mirar es un componente fundamental de la arquitectura de la obra.
DONKI es quizás una de las fotografías más impactantes de la exposición. Un díptico separado por tono y temperatura, DONKI presenta a una mujer esperando en relativa quietud en una luz cian de tonos fríos en un lado del díptico, y un artista callejero actuando en medio de letreros saturados en el lado opuesto. La yuxtaposición crea un diálogo irresoluble entre el estasis y el movimiento, la soledad y el espectáculo. Aquí, Chen captura el ritmo de una ciudad siempre moviéndose entre la acción y la contemplación.
Lo que distingue a *City in Dual Exposure* de la mayoría de la fotografía urbana es su rechazo a sentimentalizar. Jiaxin Chen no incurre ni en una reverencia nostálgica ni en una neutralidad documental. Más bien, se dirige a Hong Kong como una condición —un sistema de imágenes e historias que se reescribe y revisa continuamente. Hong Kong no es representada ni como perdida ni encontrada, sino como eternamente haciéndose. Las fotografías de Chen transmiten el poder de la disonancia en lugar del cierre, sugiriendo que la memoria urbana es un proceso activo y fluido.
En una era caracterizada por la rápida reproducción digital y la imaginería urbana comprimida, Jiaxin Chen restaura la profundidad fotográfica del tiempo y el material. Su Hong Kong no es una postal o un archivo; es un espacio de interferencia, donde los recuerdos aparecen y desaparecen del foco. La exposición invita a los espectadores a reducir la velocidad, a ver la ciudad no como un espectáculo, sino como una acumulación —de luz, de superficie, de tiempo.
Jiaxin Chen ha demostrado ser una fotógrafa seria e innovadora en el panorama actual de la fotografía contemporánea. Su trabajo se sitúa dentro de la teoría crítica sin sucumbir a ella, y mantiene una conciencia de la forma, la textura y la percepción. Estas no son fotografías para mirar rápidamente, sino entornos para experimentar —ciudades que continúan desenvolviéndose mucho después de que la luz se desvanece.
