LONDRES (AP) — Cuando un escolar que iba a correr encontró las costillas de un barco de madera asomando entre las dunas de una playa remota en Escocia, esto desató una busqueda por arqueólogos, científicos e historiadores locales para descubrir su historia.
A través de una mezcla de ciencia de alta tecnología e investigación comunitaria, ellos tienen una respuesta. Investigadores anunciaron el miércoles que el barco es muy probable que sea el Earl de Chatham, un barco de guerra del siglo 18 que participo en la Guerra de Independencia Americana antes de tener una segunda vida cazando ballenas en el Ártico – y luego un destino tormentoso.
“Yo lo consideraria un barco afortunado, lo cual es una cosa extraña de decir sobre un barco que está hundido,” dijo Ben Saunders, arqueólogo marino senior en Wessex Archaeology, una organización benéfica que ayudó a investigadores comunitarios a realizar la investigación.
“Creo que si se hubiera encontrado en muchos otros lugares, no necesariamente hubiera tenido ese impulso comunitario, ese deseo de recuperar y estudiar ese material, y también el espíritu comunitario para hacerlo,” dijo Saunders.
Descubierto después de 250 años
El naufragio fue descubierto en febrero de 2024 después de que una tormenta arrastrara la arena que lo cubría en Sanday, una de las islas Orkney que son inclemantes y que se encuentran en el extremo norte de Escocia.
Esto emocionó el interés en una isla de 500 personas, cuya historia está entrelazada con el mar y sus peligros. Alrededor de 270 naufragios han sido registrados alrededor de la isla de 20 millas cuadradas (50 kilómetros cuadrados) desde el siglo 15.
Los agricultores locales utilizaron sus tractores y remolques para sacar las 12 toneladas de troncos de roble de la playa, antes de que los investigadores locales comenzaran a trabajar para identificarlo.
“Eso fue realmente divertido, y se sentía un muy buen ambiente en la comunidad – todos uniendo fuerzas para recuperarlo,” dijo Sylvia Thorne, una de las investigadoras comunitarias de la isla. “Bastantes personas se están interesando realmente en esto y convirtiéndose en expertos.”
Dendrocronología — la ciencia de datar la madera a partir de los anillos de los árboles — mostró que la madera provenía del sur de Inglaterra a mediados del siglo 18. Esa fue una buena suerte, dijo Saunders, porque coincide con “el momento en que la burocracia británica empieza realmente a arrancar” y se llevaron registros detallados.
“Y así podemos empezar a mirar en la evidencia de archivos que tenemos sobre los naufragios en Orkney,” dijo Saunders. “Se convierte en un proceso de eliminación.
“Eliminas los que son del norte de Europa en vez de Británicos, eliminas naufragios que son demasiado pequeños o que operan desde el norte de Inglaterra y realmente te quedas con dos o tres… y el Earl de Chatham es el último que queda.”
Guerras y ballenas
Investigaciones posteriores encontraron que antes de ser el Earl de Chatham, el barco era HMS Hind, una fragata de 24 cañones de la Armada Real construida en Chichester en la costa sur de Inglaterra en 1749.
Su carrera militar le vio participar en la expansión — y contracción — del Imperio Británico. Ayudó a Gran Bretaña a tomar el control de Canadá de Francia durante los sitios de Louisbourg y Quebec en la década de 1750, y en la de 1770 sirvió como escolta de convoy durante el fallido esfuerzo de Gran Bretaña para mantener sus colonias americanas.
Vendida por la armada en 1784 y renombrada, el barco se convirtió en un barco ballenero, cazando los enormes mamíferos en las aguas árticas cerca de Groenlandia.
El aceite de ballena era un combustible esencial de la Revolución Industrial, utilizado para lubricar maquinaria, suavizar telas y alumbrar las calles de la ciudad. Saunders dijo que en 1787 había 120 barcos balleneros con base en Londres en el Mar de Groenlandia, siendo el Earl de Chatham uno de ellos.
Un año después, mientras se dirigía al área de caza de ballenas, se hundió en malas condiciones meteorologicas cerca de Sanday. Todos los 56 miembros de la tripulación sobrevivieron — más evidencia, dice Saunders, de que este barco estaba bendecido con suerte.
Esfuerzo comunitario
Los troncos del barco están siendo preservados en un tanque de agua dulce en el Centro de Patrimonio de Sanday mientras se discuten planes para exhibirlo de manera permanente.
Saunders dijo que el proyecto es un modelo de participación comunitaria en la arqueología.
“La comunidad ha estado tan entusiasta, ha estado tan deseosa de involucrarse y de aprender cosas, y están tan orgullosos de ello. Depende de ellos que se descubrió, depende de ellos que se recuperó y que se ha estabilizado y protegido,” dijo.
Para los locales, es un vínculo con el pasado marítimo de la isla — y su futuro. Encontrar naufragios enterrados hace mucho tiempo podría volverse más común a medida que el cambio climático altere los patrones de viento alrededor de Gran Bretaña y reconfigure la costa.
“Una de las cosas más grandes que he sacado de este proyecto es darme cuenta de cuánto pasado en Sanday está constantemente contigo — ya sea visible o justo debajo de la superficie,” dijo Ruth Peace, otra investigadora comunitaria.