La carretera de Málaga que fascina a los turistas y aterra a los locales

Pudiera parecer el plató de un anuncio automovilístico: acantilados, la bruma del mar, el Mediterráneo centelleando a nuestros pies. Sin embargo, el tramo de la antigua N-340 que serpentea entre Nerja y Almuñécar, aferrándose a la frontera entre Málaga y Granada, esconde una realidad mucho más sombría.

Según un nuevo informe de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), esta carretera se erige como una de las más peligrosas de España. ¿Esas vistas que quitan el aliento? Tienen un precio en vidas.

Belleza peligrosa

Los motoristas adoran este ribbon costero y sinuoso, y con razón. Cada curva desvela un nuevo horizonte, cada recodo parece sacado de una película. Pero los datos revelan una historia menos idílica: en el kilómetro 302, tres accidentes graves en cuatro años se saldaron con cuatro personas muertas o heridas.

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El informe de la AEA, “Los 270 Tramos de Carretera Más Peligrosos de España (2025)”, sitúa a este tramo en el puesto 105 a nivel nacional. ¿Suena tranquilizador? Quizás. Hasta que uno cae en la cuenta de que eso significa que existen 104 tramos todavía peores.

Aún así, la provincia de Málaga sale mejor parada que otras: este es su único representante en la lista. Otras regiones cuentan con diez o más puntos negros.

Zonas de riesgo en España

El estudio analiza los siniestros ocurridos entre 2019 y 2023, utilizando datos oficiales del Ministerio de Transportes. En toda España, se identificaron 270 kilómetros de asfalto como “de alto riesgo”, con más de 1.500 accidentes y 2.100 víctimas.

En lo más alto de la tabla del peligro se encuentra el kilómetro 243 de la N-4a en Ciudad Real, donde el riesgo es 598 veces superior a la media nacional. La A-77a en Alicante registró la mayor siniestralidad global: 104 accidentes y 150 víctimas en un lustro.

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Una advertencia bajo el sol

Para la mayoría, la provincia de Málaga, con sus carreteras litorales, evoca tapeo, cervecitas y paseos dominicales junto al mar. Pero hasta el paraíso tiene sus puntos negros. Los conductores locales saben que hay que moderar la velocidad en esas curvas colgadas sobre el vacío. Los turistas? No siempre.

Así que, si se dirige hacia el este de Málaga con el capote bajado y la música a todo volumen, disfrute del paisaje, pero quizá convenga aliviar la presión sobre el acelerador. La belleza de esta carretera tiene contrapartida.

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