La perspectiva económica de España recibió un impulso significativo esta semana después de que la agencia de calificación crediticia S&P mejorara la calificación de la deuda soberana del país a ‘A+’ con perspectiva estable.
La agencia señaló que la economía española ha demostrado una fuerte resiliencia, con un crecimiento previsto para este año del 2,6% –tres veces superior al promedio de la zona euro–.
También destacó la limitada exposición de España a los aranceles comerciales de Estados Unidos, los cuales han sido reintroducidos bajo la nueva administración de Donald Trump.
S&P elogió el papel de la inmigración, particularmente procedente de América Latina, en el sostenimiento del mercado laboral y el impulso de la demanda.
También se resaltó el aumento de la inversión y el impacto de reformas estructurales previas como motores del crecimiento acelerado.
La agencia anticipa que el desempleo caerá por debajo del 10% para 2028, un nivel no visto desde antes de la crisis financiera de 2008.
Esta decisión llega tras más de una década de desapalancamiento en el sector privado, lo que ha fortalecido las cuentas externas de España y reducido su vulnerabilidad ante cambios bruscos en las condiciones financieras globales.
Esto, según S&P, dota a España de una mayor capacidad para absorber futuros choques económicos.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, acogió con satisfacción la mejora, calificándola como “un reflejo de la fortaleza de nuestra economía”.
En un mensaje en vídeo, añadió que España volverá a registrar el crecimiento más rápido entre las economías avanzadas este año, a pesar de la incertidumbre internacional y la desaceleración del crecimiento en sus principales socios europeos.
El ministerio estima que la mejor calificación ahorrará al Estado aproximadamente 350 millones de euros en costes de intereses para finales de año.
No obstante, S&P también advirtió sobre ciertos riesgos. El frágil gobierno coalition español ha dependido en gran medida de acuerdos con partidos regionales, incluyendo condonaciones de deuda y la controvertida ley de amnistía para líderes independentistas catalanes.
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Acusaciones de corrupción que involucran a figuras cercanas al gobierno también se han señalado como amenazas potenciales para la estabilidad política.
La agencia indicó que las calificaciones podrían revisarse a la baja si deslices fiscales revierten el progreso reciente en la reducción de la deuda, o si la fragmentación política socava la disciplina presupuestaria.
La mejora de España contrasta con la situación de Francia, cuya calificación de deuda fue rebajada por Fitch de ‘AA-‘ a ‘A+’ debido al deterioro de sus finanzas públicas.
Esta degradación, ocurrida pocos días después del nombramiento del cuarto primer ministro francés en menos de dos años, subraya las trayectorias divergentes de las dos mayores economías del sur de la zona euro.
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