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Scott Bessent es la cara de la apuesta de Estados Unidos en Argentina
El Secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, ha sido la persona encargada de convencer a los mercados financieros sobre algunas de las apuestas económicas más arriesgadas del Presidente Donald Trump: aranceles globales masivos, negociaciones comerciales con China y los preparativos para instalar un nuevo líder en el banco central estadounidense.
Pero la tarea más difícil de Bessent podría ser precisamente la apuesta de la Casa Blanca con Argentina.
Estados Unidos entró en escena a mediados de septiembre, respondiendo a una caída del peso –la moneda argentina– que, según temían los funcionarios, podía poner en peligro al aliado de Trump, el Presidente Javier Milei, y a su partido en las próximas elecciones legislativas.
Bessent dijo que Estados Unidos haría lo que fuese necesario para estabilizar la situación, calificando al país como un aliado clave en la región.
En términos políticos, la intervención estadounidense –que incluyó compras de pesos y el establecimiento de una línea de swap de divisas de 20.000 millones de dólares que da acceso a dólares al banco central argentino– fue un éxito para Milei.
Su partido no solo evitó pérdidas en las elecciones, sino que ganó terreno, fortaleciendo su posición.
Pero si la intervención estadounidense en el país será un éxito financiero es otra cuestión.
El peso ha caído aproximadamente un 30% este año, incluyendo un 4% en el último mes. La caída se produjo a pesar de los compromisos de EE. UU. y de una modesta recuperación tras las elecciones.
Es una indicación del riesgo continuo. Al final, Estados Unidos podría encontrarse con una gran cantidad de pesos que valen mucho menos que al principio.
La intervención en Argentina fue una movida muy inusual –especialmente para una Casa Blanca conocida por su enfoque de "América Primero".
Milei ha caído bien a los conservadores en EE. UU. con su adopción de reformas de libre mercado y recortes de gasto radicales. Se ha reunido frecuentemente con Trump, quien lo ha llamado su "presidente favorito".
Pero Estados Unidos rara vez ha ofrecido rescates financieros a otros países –especialmente en un caso que no presentaba riesgos más amplios para la estabilidad financiera– y las compras directas de la moneda de un mercado emergente en problemas son algo sin precedentes, dice Brad Setser, experto del Council on Foreign Relations.
Añadiendo más riesgo está la larga historia de Argentina con las devaluaciones de su moneda y los impagos de deuda, incluyendo el más reciente en el 2020.
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El partido de Milei obtuvo 13 de 24 escaños en el senado y 64 de los 127 escaños en la cámara baja que se disputaban en una elección reciente.
Pocos están tan posicionados para ser conscientes de los posibles peligros como Bessent, quien se hizo un nombre como trader de divisas trabajando para George Soros.
Bessent participó famosamente en la especulación de 1992 contra la libra esterlina. En aquel momento, se decía que los inversores que apostaron a que la libra estaba sobrevalorada habían "quebrado" al Banco de Inglaterra con sus fuertes ventas.
Esta vez, Bessent se encuentra en el lado opuesto de una apuesta similar. Ha defendido sus movimientos, invocando el espectro de otro país sudamericano, Venezuela, y argumentando que no apoyar a Argentina como aliado de EE. UU. podría llevar a la desestabilización de la región.
"Estos resultados son un claro ejemplo de que la política de la Administración Trump de Paz a través de la Fuerza Económica está funcionando", escribió Bessent en las redes sociales después de las recientes elecciones en Argentina.
El miércoles, Bessent publicó nuevamente para decir: "el puente económico argentino ahora ha generado ganancias para el pueblo estadounidense".
El Departamento del Tesoro de EE. UU. no respondió a las consultas que buscaban más detalles.
Pero ha mantenido silencio sobre información clave necesaria para evaluar las declaraciones de Bessent –incluyendo el cronograma y la escala de sus compras de pesos– o ventas– y qué, si los hay, otros activos el gobierno argentino prometió para asegurar el acuerdo de swap.
Los analistas han estimado que EE. UU. ha comprado hasta 2.000 millones de dólares en pesos hasta ahora –una cifra que apenas es abrumadora.
Pero los Demócratas han criticado la ayuda en un momento de recortes de gasto de la Casa Blanca y un cierre del gobierno, acusando a Bessent de querer proteger a sus "colegas" financieros con inversiones en el país.
Incluso algunos miembros del propio partido Republicano de Trump han cuestionado cómo se alinea esta ayuda con los objetivos de "América Primero" del presidente.
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Trump ha rechazado las críticas a su apoyo financiero para Milei, diciendo que Argentina está "luchando por su vida".
Bessent ha disputado cualquier caracterización del apoyo de EE. UU. a Argentina como un "rescate", prometiendo que "no habrá pérdidas para los contribuyentes" e incluso declarando al peso "subvalorado".
Pero aunque eso podría ser cierto para una operación a corto plazo, esa visión no es el consenso general.
Al contrario –la mayoría de los analistas dicen que el peso está sobrevalorado, pero ha sido sostenido por el apoyo del banco central argentino, que estableció límites de trading para el peso en abril.
Los economistas dicen que mantener tales límites no es sostenible. Citan el aumento de argentinos que viajan para hacer compras en países vecinos donde su dinero rinde más como una de las señales de que el peso se mantiene artificialmente alto.
El banco central argentino ha insistido en que está comprometido con la banda de fluctuación, que tenía la intención de proteger al país de fuertes oscilaciones cambiarias que desestabilicen los precios y apoyar los esfuerzos de Milei para controlar la inflacción.
Pero ya ha tenido que gastar miles de millones comprando pesos para mantener estable la moneda, consumiendo fondos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y reduciendo sus reservas internacionales, que son clave para pagar sus obligaciones de deuda.
Los economistas dicen que esperan que el banco tendrá que cambiar su política para permitir que el peso caiga más –o el país se arriesga a necesitar otro rescate.
Esa elección presenta un dilema para Bessent, dadas sus promesas de proteger a EE. UU. de las pérdidas.
"¿Está Estados Unidos dispuesto a proporcionar apoyo a Argentina para que Argentina pueda defender el peso a este nivel?", pregunta el Sr. Setser. "Bessent tiene que decidir, en cierto sentido, si redoblar la apuesta… o tiene que permitir que el peso se ajuste y reconocer que su intervención fue un puente hacia las elecciones."
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El peso se desplomó antes de las elecciones legislativas, mientras las empresas y hogares en Argentina se apresuraban a cambiar la moneda por dólares.
La gente quería protegerse, recordando la forma en que la moneda colapsó en 2019 tras la pérdida electoral del ex presidente Mauricio Macri, quien también era conocido por la reforma económica, dice Joaquín Bagües, director general de Grit Capital Group con sede en Buenos Aires.
"Cada persona con la que hablé, quería comprar dólares… tienen recuerdos muy frescos sobre eso", dijo, describiendo la corrida como una "crisis de confianza".
El Sr. Bagües dice que la demanda de dólares ha disminuido desde las elecciones.
Pero el peso no ha experimentado el tipo de alivio sostenido visto en otros activos, como los bonos o el mercado de valores, que se disparó más de un 20% el día después de las elecciones y ha seguido subiendo.
Aunque las empresas argentinas están empezando a acceder a los mercados internacionales de crédito nuevamente, después de haber sido excluidas antes de las elecciones, los analistas dicen que esperan que los bancos estadounidenses sigan siendo cautelosos a la hora de prestar a Argentina, a pesar de un impulso de Bessent para organizar 20.000 millones de dólares adicionales en financiación privada.
Y el Sr. Bagües dice que hay demasiadas preguntas sobre políticas pendientes como para predecir qué le pasará al peso.
Kathryn Exum, co-directora de investigación soberana en Gramercy Funds Management, sugiere que el peso podría subir "en el mediano plazo" si el gobierno es capaz de continuar avanzando en las reformas económicas.
Pero, añade, "hay mucho por hacer entre ahora y entonces".
Por ahora, Anthony Simond, director de inversiones en el equipo de deuda de mercados emergentes de Aberdeen Group, dice que espera que el peso tenga más por caer.
"Bessent puede decir una cosa, pero creo que la realidad económica puede forzarlos a ser un poco más flexibles en términos de manejo de la moneda", dice.
