Durante la última década, los líderes en sanidad han reconocido cada vez más que la cardiología adolece de un importante problema de sesgo de género.
La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en mujeres, pero sigue estando ampliamente subestimada, mal diagnosticada e infratratada. Las mujeres tienden a presentar síntomas “no clásicos” con más frecuencia que los hombres, y es menos probable que se les derive a pruebas diagnósticas o tratamientos agresivos, en parte porque la investigación se ha centrado historicamente en pacientes masculinos. Como resultado, las mujeres experimentan con frecuencia demoras en la atención y peores desenlaces clínicos.
La semana pasada, la American Heart Association invirtió en una startup británica que comercializa un modelo de IA para ayudar a cerrar la brecha diagnóstica en la insuficiencia cardíaca. La inversión se realizó a través del Fondo de Inversión *Go Red for Women* de la AHA, lanzado el año pasado para abordar las disparidades de género de larga data en el diagnóstico y tratamiento de cardiopatías.
La startup, llamada Ultromics, fue fundada en 2017 por Ross Upton, su actual consejero delegado y director científico. Explicó que la compañía se basa en su trabajo doctoral en medicina cardiovascular en la Universidad de Oxford, donde se formó como ecocardiografista y vio de primera mano la subjetividad en la interpretación de los ecocardiogramas y la facilidad con que se pasan por alto diagnósticos.
«Muchas afecciones cardiovasculares no se pasan por alto porque los pacientes no se sometan a pruebas. Se pasan por alto porque las pruebas que ya hacemos, a gran escala, no ofrecen consistentemente a los clínicos una respuesta clara para ciertas patologías», declaró Upton.
Señaló dos de los ejemplos más importantes: la amiloidosis cardíaca y la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (IC-FEP).
Upton explicó que estas afecciones pueden ser difíciles de identificar tempranamente en un ecocardiograma rutinario, incluso para clínicos experimentados, y a menudo presentan síntomas inespecíficos. Esto conduce a síntomas persistentes, evaluaciones clínicas no concluyentes y tratamientos que comienzan más tarde de lo debido.
«Esa brecha afecta particularmente a las mujeres en la IC-FEP. Síntomas como la fatiga, la disnea y la hinchazón son más propensos a ser minimizados o atribuidos a causas no cardíacas», afirmó Upton.
Añadió que la investigación muestra que las mujeres tienen mayor predisposición que los hombres a desarrollar IC-FEP, y hasta un 64% de los casos no se diagnostican en la práctica clínica.
La tecnología de Ultromics busca permitir una identificación más temprana y consistente de la IC-FEP mediante el uso de IA para analizar ecocardiogramas. En lugar de depender únicamente de lo que una persona pueda detectar visualmente en una revisión rápida del vídeo, el modelo examina los patrones de movimiento a lo largo de toda la grabación.
«Técnicamente, analiza millones de píxeles a lo largo de múltiples latidos cardíacos y aprende si esos patrones coinciden con lo que observamos en pacientes con enfermedad conocida», comentó Upton.
La plataforma se utiliza actualmente en sistemas sanitarios que incluyen Northwestern Medicine, University Hospitals y University of Chicago Medicine. Hasta la fecha, Ultromics ha procesado más de 430.000 ecocardiogramas en todo el mundo.
HeartFlow ofrece una tecnología análoga, pero Upton no la considera un competidor directo. Señaló que su plataforma es similar en el sentido de que toma una prueba de imagen cardíaca estándar y ampliamente utilizada y extrae señales clínicamente útiles adicionales, sin pedir al hospital que cambie cómo se adquiere la imagen.
Ultromics también busca lograr esto, pero en una modalidad y área de enfermedad diferente.
«Trabajamos a partir de la ecocardiografía, que típicamente tiene un volumen mucho mayor que la TC, y devolvemos resultados en minutos en lugar de horas, por lo que el resultado se integra de forma natural en los flujos de trabajo rutinarios», declaró Upton.
Añadió que Ultromics se centra en enfermedades de difícil diagnóstico, especialmente la IC-FEP y la amiloidosis cardíaca, donde una detección más precoz puede transformar la trayectoria del paciente.
Dijo que la compañía utilizará el nuevo capital de la AHA para escalar la adopción de su plataforma en hospitales estadounidenses, con el objetivo de abordar algunos de los puntos ciegos más persistentes de la cardiología.
Foto: Jaime Grajales Benjumea, Getty Images