La administración de Trump ordenará a agencias federales revisar sus subvenciones a la Universidad de Harvard para posiblemente cancelar o redistribuir los fondos, como parte del creciente conflicto con la universidad más antigua de EE.UU.
La Agencia de Servicios Generales (GSA) enviará una carta a las agencias pidiendo que “identifiquen contratos con Harvard y evalúen si se pueden cancelar o redirigir”, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
Se estima que unos 30 contratos, valorados en $100 millones (74 millones de libras), podrían ser revisados.
Harvard no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
En su sitio web, la universidad afirma que su “investigación pionera en medicina, ciencia y tecnología” históricamente ha sido “apoyada por el gobierno federal” y otras entidades.
Destacando sus estudios sobre cáncer, enfermedades cardíacas, infecciones y obesidad, la universidad advierte que “sin fondos federales, este trabajo se detendría a medias”.
La Casa Blanca no cancelará los fondos automáticamente, sino que iniciará una revisión para determinar si son esenciales según su criterio.
La GSA recomendará a cada agencia “terminar contratos que no cumplan sus estándares” y considerar reasignar esos fondos a otras instituciones.
Un borrador de la carta acusa a Harvard de discriminación y antisemitismo como justificación para esta acción.
Un funcionario dijo a la BBC que posibles recortes no afectarían a hospitales afiliados a Harvard.
Si una subvención se considera crucial para una agencia, esta podría argumentar para mantener el financiamiento.
La Casa Blanca y Harvard llevan meses en una batalla política, legal y financiera que se ha intensificado en los últimos dos meses.
No es la primera vez que el gobierno intenta bloquear fondos a Harvard. En abril, congeló $2.200 millones, lo que llevó a la universidad a demandar.
“¿Por qué cortar fondos para investigación? Sí, perjudica a Harvard, pero también al país, porque al fin y al cabo, estos fondos no son un regalo”, dijo el presidente de Harvard, Alan Garber, antes de conocerse esta última medida.
“Son asignados para realizar investigaciones que el gobierno considera prioritarias. Es trabajo que ellos quieren que se haga”, añadió.
La semana pasada, el gobierno también revocó el permiso de Harvard para matricular estudiantes internacionales, causando confusión entre miles de afectados.
Harvard demandó nuevamente, alegando que la política viola sus derechos constitucionales y leyes federales.
