Kirsty Redford: Una pena que aún sabe consolar

Era Middleton hasta los huesos.

Fue maquinista toda su vida laboral, miembro orgulloso del club de bolos, jugadora de cartas, amante del dominó y una mujer que adoraba bailar, incluso cuando su cuerpo intentaba frenarla.

Nunca, jamás, te ibas de su casa con hambre.

Sus pasteles y sus tortas deberían haberse vendido en una tienda.

En Navidad, escribía más tarjetas de las que la mayoría de las tiendas podían suministrar.

Su aparador desaparecía bajo sobres rojos festivos porque ella hacía que la gente se sintiese recordada.

Yo la llevaba a todas sus citas.

Le preparaba el té. Pasaba horas charlando en su salón, con la chimenea rugiendo. Nos reíamos, recordábamos y lo compartíamos todo.

Y cuando ella se fue, mi mundo no se sintió más silencioso. Se sintió más vacío.

El duelo no es solo tristeza. Es amor sin un lugar adonde ir. Por ahí es donde se puede colar la soledad, incluso cuando estás rodeado de gente.

Así que, en vez de quedarme paralizada en ese espacio, creé una pequeña tradición en su nombre.

Una vez al mes, tengo un Día de la Vida.

Cocino algo que a ella le encantaba o le cuento a alguien sobre ella.

No para reabrir el dolor, sino para mantenerla presente en la vida.


Una Herramienta Sencilla: El Ancla de la Conexión

Cuando sufrimos una pérdida, el cerebro vincula los recuerdos con el dolor. Pero podemos cambiar ese vínculo.

Aquí hay algo que puedes hacer tú mismo.

Primero, piensa en un recuerdo cálido con la persona que has perdido. Uno en el que te sintieras amado, seguro o profundamente conectado. Para mí, es ella riéndose mientras me contaba una historia.

LEAR  Uttarakhand UCC: ¿Cómo es la inscripción de relaciones de convivencia una invasión de la privacidad? Pregunta el Tribunal Superior.

Siéntelo de verdad. ¿Dónde lo sientes en tu cuerpo? ¿En el pecho, el estómago, los hombros?

En el momento en que sientas esa calidez, presiona suavemente dos dedos o coloca tu mano sobre tu corazón.

Esto se convierte en tu ancla.

Mantén el recuerdo unos 20 segundos, luego relaja la mano.

Repite esto varias veces en los próximos días usando distintos recuerdos positivos de esa persona.

Ahora, cuando te golpee la soledad o la pena, presiona esos mismos dedos o pon tu mano en el corazón.

Le dice a tu cerebro que traiga de vuelta la sensación de conexión, no solo el dolor de la ausencia.

Le enseñas a tu mente que recordar no tiene por qué doler. Puede reconfortar.

Si hoy extrañas a alguien, recuerda esto:

La soledad después de una pérdida no significa que estés roto. Significa que amaste plenamente.

Y el amor no desaparece. Cambia de forma.

Así que haz algo que a ellos les encantaba. Piensa en ellos. Presiona tu ancla. El duelo es amor que todavía quiere vivir.

Kirsty Redford es una Maestra Practicante de PNL certificada, Life Coach, Instructora de Mindfulness e Instructora Certificada de Caminata sobre Fuego.

Como fundadora de Firewalk Events, ayuda a las personas a construir confianza y resilencia, inspirándolas a encontrar su poder interno y reavivar su chispa.

Visita – www.firewalkevents.co.uk para saber más.