Kilmar Ábrego García denuncia torturas y maltratos en la megacárcel de El Salvador

Un hombre de Maryland que fue deportado por error a El Salvador y detenido en una de las prisiones más notorias del país sufrió "golpes severos" y "tortura", según nuevos documentos judiciales.

Los abogados de Kilmar Ábrego García, de 29 años, alegaron que los guardias lo agredieron apenas un día después de su llegada a la prisión CECOT, dejándolo con heridas visibles.

La administración de Trump había acusado anteriormente a Ábrego García de ser miembro de la pandilla salvadoreña MS-13, algo que sus abogados y familia negaron rotundamente.

Aunque inicialmente dijeron que nunca podría volver a EE.UU., en junio fue extraditado a Tennessee para enfrentar cargos de tráfico humano, a los que se declaró inocente.

Según nuevos documentos presentados el miércoles como parte de una demanda de su esposa contra el gobierno de Trump, Ábrego García y otros 20 detenidos fueron golpeados repetidamente al llegar al Centro de Confinamiento de Terrorismo de El Salvador (CECOT).

Allí, los recluidos fueron encerrados en literas de metal sin colchones, en una celda sobrepoblada sin ventanas, con luces encendidas las 24 horas y poco acceso a saneamiento.

Ábrego García también denunció que él y los demás prisioneros eran obligados a arrodillarse desde las 9 PM hasta las 6 AM, y los guardias golpeaban a quien se desmayara del cansancio.

En un momento, los guardias amenazaron con encerrarlo con pandilleros que lo "despedazarían".

Según la denuncia, perdió 14 kg en las primeras dos semanas de encierro.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha dicho que las prisiones de su país son "limpias, ordenadas y sin abusos ni malos tratos".

Durante una visita a la Casa Blanca este año, expresó apoyo a las deportaciones de Trump.

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La administración de Trump pidió a un juez federal desechar la demanda, argumentando que quedó obsoleta cuando Ábrego García regresó a EE.UU.

Él entró ilegalmente a EE.UU. en 2011, pero en 2019 un juez le otorgó protección ante el riesgo de violencia de pandillas en El Salvador.

En marzo de 2025 fue deportado por error y llevado al CECOT. Un juez ordenó su regreso, pero la Casa Blanca se negó inicialmente.

Tras volver en junio, la fiscal general Pam Bondi dijo: "Así es la justicia estadounidense".

Él niega los cargos, y sus abogados los califican de "absurdos".

A finales de junio, un juez determinó que podía ser liberado, pero sigue en prisión por temor a una nueva deportación.