Él representa la antítesis de Javier Milei: aboga por un estado comprometido, disfruta de la política y se proyecta como un hombre cercano a la gente. El líder peronista Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, se consolida como la alternativa de la oposición en Argentina tras una significativa victoria electoral en su distrito.
Los candidatos de Kicillof superaron a Milei por casi catorce puntos en los comicios legislativos bonaerenses del domingo, un resultado muy por encima de lo anticipado que lo posiciona favorablemente de cara a la carrera presidencial de 2027.
“Se siente, Axel presidente”, coreaban les simpatizantes en el bunker de campaña.
El peronismo perdió el poder frente a Milei en diciembre de 2023, debilitado por una gestión de alta inflación y desorden económico.
Kicillof, un economista de 53 años, casado y con dos hijos, sobrevivió a ese revés. Gobierna desde 2019 la provincia de Buenos Aires, bastión tradicional del movimiento, que concentra el 40% del electorado nacional y aporta más del 30% del PIB argentino.
Inició su trayectoria política como dirigente estudiantil en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y saltó a la escena nacional durante su gestión como ministro de Economía entre 2013 y 2015, en el tramo final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Kicillof impulsó la estatización de la petrolera YPF y, como ministro, negoció con los acreedores a quienes tildó de “fondos buitre”. También mantuvo subsidios y programas energéticos como Precios Cuidados, que estableció canastas de productos a precios accesibles para paliar la inflación.
Algunas de esas políticas persistieron, con vaivenes, durante gobiernos sucesivos. Pero cuando Milei asumió hace año y medio, eliminó subsidios energéticos y controles de precios.
También convirtió a Kicillof en uno de sus blancos predilectos, calificándolo frecuentemente de “bruto” y “enano soviético”.
Mate en mano
El analista político Raúl Timerman consideró que, al atacar a Kicillof, Milei convirtió los comicios legislativos provinciales en un termómetro de la popularidad de su gobierno.
“Kicillof emerge como el gran vencedor del domingo; el resultado le ha puesto el informe en la mano. Ya lo sacó de la mochila y lo está usando”, afirmó.
Para Timerman, Kicillof “ha comenzado a construir un camino democrático alternativo al de Milei, basado en el diálogo con gobernadores de todo el espectro político”.
Hijo de psicoanalistas, Kicillof cultiva una imagen cotidiana, buscando ser percibido próximo a la gente: a menudo se le ve con un mate en la mano durante visitas a escuelas o barrios; en 2019 hizo campaña recorriendo la provincia en el auto antiguo de su entonces ministro, Carlos Bianco.
Bianco, quien lo conoce desde 1998 cuando fue su alumno, lo describe como “una persona trabajadora, austera e ideológica”.
El domingo, Kicillof acudió a votar con su esposa, la profesora de letras Soledad Quetrilhac, caminando como un vecino más.
La imagen contrastó con la de Karina Milei, hermana del presidente y jefa de gabinete, inmersa en un presunto escándalo de corrupción. Ella votó rodeada de custodios y militantes, soportando insultos de algunos presentes.
“Es el único político argentino que, entre quienes tienen una imagen positiva de él, al pedir la primera palabra que les viene a la mente al escuchar ‘Axel Kicillof’, responden ‘honesto’”, subrayó Timerman.
‘Otro camino’
Aunque Fernández de Kirchner lo protegió políticamente como ministro y promovió su candidatura a gobernador, en los últimos meses Kicillof ha desafiado su liderazgo, especialmente al separar las elecciones provinciales de las nacionales —celebradas el 26 de octubre— contra la voluntad de la expresidenta.
La jugada valió la pena, fortaleciendo su posición dentro del amplio movimiento peronista. Fernández de Kirchner, su figura más relevante, se encuentra bajo arresto domiciliario e inhabilitada para ejercer cargos públicos por condenas por corrupción.
“Milei, la gente le dio un mandato. No se puede gobernar para los extraños, para las corporaciones, para quienes tienen más capital… se gobierna para la gente”, declaró Kicillof en su discurso del domingo.
“Hay otro camino, y hoy empezamos a transitarlo”, afirmó.
A pesar del impulso tras el triunfo, Kicillof ha evitado hasta ahora especular sobre una candidatura presidencial en 2027.
“Ese no es el tema en este momento. El foco debe estar en lo que hará el gobierno a partir de acá”, señaló en una reciente entrevista radial.
Por Tomás Viola, AFP
