Kate Beckinsale demanda a los productores de Canary Black, el thriller de acción de 2024 donde actuó, por supuestas "lesiones graves y debilitantes" debido a "condiciones inseguras".
Según informó Puck, la demanda legal de Beckinsale se presentó anónimamente en junio del 2024, pero ahora se volvió a presentar con su nombre completo, Kathrin Beckinsale.
El documento afirma que Beckinsale trabajaba rutinariamente 15 horas al día durante el rodaje, que empezó en septiembre del 2022 en Croacia. Además, alega que no le proporcionaron el equipo de entrenamiento ni los entrenadores físicos que pidió para "mantenerse en forma por las exigencias físicas del papel". Como resultado, sufrió "un desgarro complejo del menisco en su rodilla izquierda" durante una escena donde la lanzaron contra una pared. La lesión empeoró cuando la "obligaron" a hacer "secuencias de acción peligrosas" al volver al trabajo.
También se menciona que la doble de riesgo de Beckinsale se rompió el tobillo y, "en vez de reemplazarla con una profesional capacitada", los productores contrataron a "una mujer sin experiencia que solo era la novia del coordinador de acrobacias".
La demanda incluye comunicaciones entre Shani Rosenzweig, agente de Beckinsale, y los productores. Rosenzweig criticó la falta de preparación para las escenas de acción y escribió: "Nadie está tomando medidas reales para solucionar esto… ¿Cómo aseguran que su actriz principal trabaje 12 horas al día y tenga tiempo para prepararse por su cuenta después del rodaje, además de descansar? Si quieren matar a alguien, lo están logrando".
John Zois, uno de los productores, respondió: "No sé qué decir excepto que tienes razón… Los días están demasiado llenos para el ritmo que llevamos y claramente no es sostenible".
The Guardian contactó a Zois y a los representantes de ventas de la película, Anton, para obtener comentarios.