Juez federal determina que demanda de actores de doblaje por IA puede proceder

Un juez federal en Nueva York permitió que un demanda avance, presentada por dos actores de doblaje que alegan que sus voces fueron robadas por una empresa de IA de voces.

El juez rechazó los argumentos de los actores Paul Skye Lehrman y Linnea Sage sobre que sus voces estaban protegidas por derechos de autor federales. Sin embargo, las acusaciones por incumplimiento de contrato, prácticas comerciales engañosas y el uso indebido de sus voces para entrenar la IA sí seguirán adelante.

La empresa Lovo Inc., con sede en California, pidió que el caso fuera desestimado por completo, pero aún no ha respondido a la solicitud de comentarios de la BBC.

Esta decisión llega en medio de una ola de demandas de artistas contra compañías de IA por el uso no autorizado de sus trabajos para entrenar modelos de inteligencia artificial. El abogado de los actores, Steve Cohen, calificó el fallo como una victoria "espectacular" y confía en que un jurado responsabilizará a las grandes tecnológicas.

Los abogados de Lovo, en cambio, describieron las acusaciones como un "intento desesperado" y argumentaron que no presentaban bases legales sólidas.

Los actores, una pareja que vive en Nueva York, presentaron una demanda colectiva en 2024 al descubrir que supuestas copias de sus voces estaban a la venta en la plataforma de texto a voz Genny, de Lovo.

Según los mensajes compartidos con la BBC, los empleados anónimos de Lovo les dijeron que sus voces se usarían solo para "investigación académica" y "guiones de prueba para anuncios de radio", sin divulgación externa. Lehrman recibió $1,200 y Sage $800 por su trabajo.

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Meses después, al escuchar un podcast sobre el impacto de la IA en Hollywood, se sorprendieron al oír la voz de Lehrman en un chatbot que hablaba sobre la posible destrucción de la industria. Al investigar, encontraron voces llamadas "Kyle Snow" y "Sally Coleman" disponibles para suscriptores de Lovo, que coincidían con las suyas.

La empresa retiró las voces, afirmando que no eran populares. El caso continuará en la corte de Manhattan.