El diseñador gráfico responsable del logo del arma de 007 y de innumerables carteles de películas clásicas ha muerto a los 103 años.
Joe Caroff, cuyo trabajo se puede ver en los pósters de películas como West Side Story, A Hard Day’s Night, Last Tango in Paris, Cabaret, Manhattan y The Last Temptation of Christ, falleció el domingo.
Sus hijos, Peter y Michael Caroff, dijieron al New York Times que estaba bajo cuidado paliativo en su casa de Manhattan, un día antes de cumplir 104 años.
«Quiero que un diseño sea efervescente»… Joe Caroff. Foto: Simone Bloch
Caroff trabajó en más de 300 campañas durante su carrera, pero sus primeros dos encargos fueron de los más duraderos—y lucrativos.
Primero, el ejecutivo de United Artists, David Chasman, lo contrató para diseñar el cartel de West Side Story (1961). Para sugerir ladrillos ásperos, Caroff desgastó las letras y añadió escaleras de incendios y bailarines en pose.
Adaptar la tipografía al material se convirtió en su sello. Otro ejemplo clave es su póster para Manhattan (1979), una de sus muchas colaboraciones con Woody Allen. Ahí, usó siluetas de rascacielos neoyorquinos, como el Empire State y las Torres Gemelas, para formar la palabra "Manhattan".
Su segundo encargo de Chasman fue diseñar un membrete para el primer filme de James Bond, Dr. No (1962).
«Me pidió algo decorativo arriba», recordó Caroff en 2021. «Sabía que su número era 007, y al dibujar el 7 pensé: ‘Parece el mango de un arma’». Fue espontáneo, sin esfuerzo.
Inspirado en la Walther PPK (el arma favorita de Ian Fleming), añadió un cañón y un gatillo. Le pagaron $300, sin regalías después.
Como mucho de su trabajo, el logo no llevaba crédito, y Caroff nunca tuvo el reconocimiento de su colega Saul Bass.
Otros pósters famosos incluyen Por un puñado de dólares (1964), El último tango en París (1972) y Gandhi (1982).
También diseñó secuencias de títulos, como las de Un puente lejano (1977) y La última tentación de Cristo (1988).
Busco ante todo «efervescencia», dijo en un documental de 2022. «Quiero que tenga vida, que no se quede plano».