Jodie Foster ha hablado sobre los padres que animan a sus hijos a actuar, diciendo que ella “sabe lo peligroso que es”.
Hablando en el festival de cine de Marrakech, Foster dijo que ella “nunca habría elegido ser actriz, no tengo la personalidad de una actriz. No soy alguien que quiera bailar encima de una mesa y, ya sabes, cantar canciones para la gente”.
Añadió: “En realidad es un trabajo cruel que fue elegido para mí cuando era joven y no recuerdo como empecé”.
El primer trabajo de Foster fue a los tres años, en un anuncio de la loción solar Coppertone. Ella no tenía la intención de aparecer, pero acompañó a su hermano mayor a la audición y encantó a los agentes de casting.
Siguieron más anuncios, antes de que empezara a trabajar en sitcoms en 1968 e hiciera su primera película a los seis años. Su infancia estuvo llena de apariciones en programas de televisión y en películas como Tom Sawyer (1973). Tres años después, a los 12, fue elegida para interpretar a una prostituta infantil en Taxi Driver de Martin Scorsese.
Jodie Foster en la película de 1973 Tom Sawyer.
Fotografía: Everett Collection Inc/Alamy
Foster dijo que sus experiencias en aquella época han hecho que ahora se encuentre “intentando contactar con los jóvenes actores infantiles de esta era. Me pregunto, ¿dónde están sus padres? ¿Y por qué nadie les dice que deberían dejar de hacer tantas películas o quizás no estar tan borrachos en la alfombra roja? Quiero cuidar de ellos porque se lo peligroso que es”.
También confesó no entender por qué la gente querría hoy en día dedicarse a esta profesión. “No sé por qué alguien querría ser actor ahora, si supiera que para ser excelente tendría que lidiar con que le robaran su vida en cierta forma. No sé cómo le encuentras sentido a eso excepto teniendo lo que mi madre me ayudó a hacer, que es tener una línea muy firme entre tu vida privada y tu vida pública”.
Las opiniones de Foster difieren de las expresadas en 1987, cuando le dijo a la revista Interview que le había encantado actuar de niña. “Algunos tienen éxito rápido y declaran: ‘¡Nunca haré anuncios! Eso es de mal gusto’. Yo quiero decirles: ‘Bueno, me alegro de que tengas una cara bonita, porque yo trabajé 20 años haciendo esas cosas y creo que fue realmente invaluable; realmente me enseñó mucho'”.
En Marrakech, Foster reconoció que su escepticismo sobre la profesión podría haber mejorado su capacidad para destacar en ella. “Hace que mi trabajo sea un poco diferente, porque no me interesa actuar solo por actuar”, dijo. “Si estuviera en una isla desierta, probablemente lo último que haría sería actuar. Así que yo solo estaba intentando sobrevivir”.
La última película de Foster es la comedia de suspense en francés de Rebecca Zlotowski, A Private Life. La actriz dijo que se sintió cómoda haciendo la película porque había asistido a una escuela francesa desde los tres años.
“Es una parte de mi personalidad que nunca puedo usar, y mitad de mi cultura”, dijo. “Me encanta la familia global del cine. Parece que son las mismas personas llevando los mismos vaqueros y quejándose del café a las 3 de la mañana. Pero también me permite abrirme y aprender una nueva cultura”.
También habló sobre rodar cuatro películas consecutivas dirigidas por mujeres, después de una carrera en la que la dirigieron mayormente hombres.
“Hasta hace 15 años, cuando mirabas la lista de películas principales y veías la lista de directores, nunca veía un nombre femenino”, dijo, antes de destacar el error de solo dar grandes presupuestos a directores veteranos.
“Si estás haciendo una película que conlleva cierto riesgo… decían: ‘Vaya, no hay ninguna mujer que haya dirigido una película que cueste 125 millones’… La idea era no darles estas mega películas a las mujeres si no tenían experiencia. ¿Qué tal darles primero la experiencia a las mujeres?”