PARÍS — La invasión de Rusia a Ucrania y el uso de la fuerza económica por parte de Estados Unidos para lograr sus objetivos señalan el fin de un orden mundial basado en el respeto de la soberanía y la resolución de crisis mediante negociación. Además, indican el resurgimiento de los imperios, dijo el jefe del Estado Mayor del Ejército francés, el general Pierre Schill.
El mundo está experimentando un punto de inflexión que puede ser como mínimo equivalente al final de la Guerra Fría, y posiblemente comparable a la Primera Guerra Mundial, afirmó Schill durante la presentación de su primer libro, “Le sens du Commandement” (El sentido del Mando), en la librería La Procure en el centro de París la semana pasada.
“Frente a los imperios, uno es enemigo o vasallo”, declaró Schill. La pregunta para Europa y Francia ahora es, “¿cómo podemos influir en nuestro destino para no ser vasallizados en este mundo que se avecina?”, dijo el comandante de las fuerzas terrestres francesas.
Schill dijo que la fuerza de Europa reside en lo colectivo, a través de la Unión Europea y la OTAN – ambos tratados incluyen compromisos de defensa mutua. Para Francia, eso significa que “lamentablemente podemos – y esto es tanto la tragedia como la fortaleza – ser arrastrados al mecanismo de un compromiso mayor, incluso si no tenemos una amenaza en nuestras fronteras.”
Dentro del cambiado entorno geopolítico, la guerra en Ucrania puede representar un cambio similar a la Primera Guerra Mundial, la cual Schill comparó con “una revolución industrial superpuesta a una guerra, o una guerra superpuesta a una revolución industrial.”
El general Pierre Schill, jefe del Estado Mayor del Ejército francés, inspecciona un dron en el salón de defensa Eurosatory en París en 2024. (Rudy Ruitenberg/staff)
Mientras que al principio de la Primera Guerra Mundial, la electricidad estaba en su infancia y el petróleo apenas se usaba, sin aviones y pocos coches, “al final, todo esto se había desarrollado de una manera absolutamente extraordinaria” mientras dos grandes bloques volcaban todo su poder en la guerra, generando un intenso impulso dentro de esta revolución industrial, según Schill.
“Quizás hoy estamos viviendo algo similar, con la revolución industrial de la tecnología digital, los drones, el espacio exterior con su uso de satélites y la automatización”, dijo Schill. “Tal vez se esté cristalizando en torno a esta batalla absolutamente enorme que ocurre ante nuestros ojos en Europa del Este.”
El futuro traerá “guerras más duras y a mayor escala” que devolverán la logística a un primer plano, según Schill, quien consideró “absolutamente esencial que nuestro ejército se adapte al mundo que viene”, incluso modificando sus estructuras y añadiendo artillería de largo alcance. Otras cuestiones a considerar son el retorno del servicio militar obligatorio y el aumento del número de reservistas en Francia, señaló el general.
En el nuevo mundo, una fuente de poder probablemente será la capacidad de adaptarse a las tecnologías en evolución, incluso en los escalones más bajos, según el jefe del Ejército francés.
“El mundo moderno y el mundo del combate futuro será en cualquier caso un mundo en el que la adaptación y la adaptabilidad serán esenciales”, afirmó Schill. “Necesitamos adoptar una mentalidad de innovación continua, no solo en términos de tecnología, sino también de tácticas.”
Schill abogó por el mando por intención, que fija el objetivo y el propósito pero permite iniciativa en los niveles inferiores, como el método de mando mejor adaptado al combate moderno, así como a la actual generación de jóvenes reclutas que buscan un propósito.
“El mando a través del significado, mediante objetivos claros y a través de la subsidiariedad, y que deja claro el marco en el que operaremos, me parece bien adaptado a los desafíos de nuestro tiempo y su complejidad”, dijo Schill.
Aunque el ejército francés tiene una larga tradición de órdenes resumidas con espacio para la iniciativa, ha habido un cambio hacia un estilo de mando más detallado y complejo, según Schill. Citó como razones la adopción por parte de Francia del principio de precaución, los sistemas de mando cada vez más potentes que integran inteligencia artificial y el desarrollo de procedimientos de interoperabilidad internacional.
El general citó la retirada de Cao Bang en Indochina en 1950, donde se perdieron unos 3.700 soldados franceses, como un ejemplo principal de una operación donde “el plan era perfecto, el plan era preciso”, y cuando la realidad sobre el terreno cambió, la orden de seguir el plan al pie de la letra contribuyó a la derrota final.
Durante la operación, dos columnas de tropas francesas en evacuación debían reunirse al sur de Cao Bang, sin un plan de contingencia si la maniobra fallaba.
Schill citó la liberación de París por la 2ª División Blindada al mando del general Philippe Leclerc en 1944 como un contraejemplo de una operación victoriosa que se centró en los objetivos y dejó espacio para la iniciativa, con no más de media página de órdenes.
“Así que frente a esta complejidad en el mundo, es importante continuar teniendo iniciativa en los niveles inferiores, porque es ahí donde estará la máxima efectividad.”