Cuatro altos cargos de la guardia costera griega, incluido su comandante actual, enfrentarán cargos por homicidio involuntario en relación con el naufragio de una embarcación de migrantes en 2023, donde se cree que hasta 650 personas se ahogaron.
El barco pesquero Adriana se hundió cerca de la costa griega, en Pylos. Los sobrevivientes informaron a la BBC que la nave volcó después de que la guardia costera intentara remolcarla de forma inadecuada.
Las autoridades griegas siempre han negado cualquier mala práctica en el accidente.
Ahora, un fiscal del tribunal naval de apelaciones en El Pireo ha recomendado que el jefe actual de la guardia costera helénica, el vicealmirante Tryfon Kontizas, y otros tres oficiales superiores sean juzgados.
Entre los cargos citados por el tribunal están el homicidio por negligencia en aguas internacionales, pero dentro de la zona de rescate de Grecia, y la exposición al peligro por omisión con resultado de muerte.
El Adriana había salido de Libia con destino a Italia en junio de 2023 y fue monitoreado durante unas 15 horas frente a Pylos antes de hundirse. Algunos de los 104 supervivientes revelaron que un barco de la guardia costera hizo zozobrar la embarcación al remolcarla demasiado rápido cuando esta estaba inestable.
Aunque solo se recuperaron 82 cuerpos, se cree que cientos más murieron.
Este año, fiscales del tribunal marítimo en El Pireo habían decidido que 17 miembros de la guardia costera griega enfrentaran cargos, incluyendo al capitán del barco de la guardia costera y al entonces jefe de la institución. Sin embargo, en ese momento exoneraron a Tryfon Kontizas y a otros tres oficiales. Kontizas había sido nombrado jefe de la guardia costera unas semanas antes de esa decisión.
La decisión de no procesar a los cuatro oficiales fue impugnada por abogados de los sobrevivientes y familiares de las víctimas.
Grecia siempre ha mantenido que respeta plenamente los derechos humanos y que ha rescatado a más de 250.000 personas en el mar en la última década.