Jack Grealish ha recuperado su confiansa.
Desde que cambió el fútbol un poco robotico del Manchester City de Pep Guardiola por la libertad que tiene en el Everton, Grealish parece el de otra vez.
Son cuatro asistencias en sus cuatro partidos de la Premier con la camiseta azul y también el premio al Jugador del Mes. Pero además de ayudar en goles, está dominando los partidos, marcando el ritmo y engañando a los defensores.
Se podría decir que está de fiesta como en 2015, cuando con solo 20 años le dio muchos problemas al Liverpool en una semifinal de la FA Cup. Su entrenador de ese día, Tim Sherwood, fue a verlo esta semana para hablar de su increíble comienzo de temporada.
Grealish le dijo a Sherwood: “La gente me decía ‘¿qué haces yendo al Everton?’ y yo pensaba ‘¿qué quieres decir?’, es un club enorme.”
“Doy lo mejor cuando me siento querido. Fuera del campo soy bastante sensible y quería ir a un sitio para sentir el cariño otra vez, para despertarme y querer jugar con una sonrisa.”
“La gente tiene una imagen de mí, pero no hay nada que me guste más que jugar al fútbol. Me encanta, ya sea en los entrenamientos.”
“La gente dice ‘le gusta salir de fiesta’ – y es verdad.”
“Quiero poder vivir mi vida y disfrutar, pero claramente hay un momento y un lugar para eso. Sinceramente, a veces en el City no elegí los momentos correctos, no me ayudé a mí mismo, lo admito. Pero tampoco creo que todo fuera por eso.”
“Tuve dos buenos años allí. El primer año me estaba acostumbrando a todo: al precio de mi traspaso, la presión y a la forma de jugar del entrenador. El segundo año ganamos el triplete, fue un año increíble. El tercer año, la culpa fue mía, no hice bien algunas cosas.”
En el City, Grealish era una pieza más en la máquina perfecta de Guardiola. Tenía que ocupar zonas y seguir un plan muy estricto. Jugaba con límites.
Este no era el Grealish que asustaba a las defensas en el Aston Villa. Era una versión más controlada. Ganó trofeos, pero era menos emocionante.
Ahora en el Everton, todo ha cambiado.
David Moyes le ha dado la libertad para jugar. Esta libertad para crear es muy importante en el nuevo estilo del Everton.
Grealish dijo: “Es gracias a él [Moyes] por darme esta oportunidad de jugar como lo estoy haciendo.”
“Me gusta cuando los entrenadores me dicen ‘tú eres el futbolista, ve y haz lo que quieras’. Prefiero que me digan ‘Jack, cuando tengas el balón, ve y juega’.”
“Eso es lo que él me dice. Obviamente tengo mis responsabilidades sin balón, pero con el balón me deja hacer lo que yo quiera.”
Grealish es el jugador que más regates intenta por partido esta temporada. Este número ha subido muchísimo comparado con sus últimos dos años en el City.
Bajo Guardiola, Grealish tenía que pensar siempre en el próximo pase. Pero ahora hay electricidad en su juego, un propósito que estaba apagado en Manchester.
En el Everton, es el instinto sobre las instrucciones. Este es un jugador que nació para expresarse y entretener.
El número de faltas que recibe esta temporada muestra los problemas que causa. Ya ha recibido 17 faltas, cinco más que cualquier otro jugador.
Su época en el City no fue un desperdicio: ganó trofeos y maduró. Pero no era el jugador especial que tanto gusta a los aficionados.
Bueno, ese jugador especial está siendo liberado. Es la versión eléctrica de Grealish.
Jack ha vuelto.