Jerusalén — La mañana del 7 de octubre de 2023, Ohad Ben Ami escuchó la alarma en su comunidad del Kibbutz Be’eri. Él y su esposa corrieron al cuarto seguro de su casa, donde rápidamente se dieron cuenta de que algo fuera de lo normal estaba pasando.
En su teléfono, Ben Ami podía ver que las alarmas también sonaban en otros kibbutzim cercanos. También habían informes de ataques aéreos. Él apagó el teléfono para no entrar en pánico.
Aproximadamente 15 minutos después, escuchó gente afuera.
"Entonces entendí que la situación era muy grave y que no era solo un ataque con misiles. Era algo mucho más complicado", dijo Ben Ami mientras Israel se preparaba para conmemorar dos años desde el ataque.
Comenzó a recibir mensajes de vecinos que le decían que atacantes habían entrado en sus casas. Entonces, salió arrastrándose de su cuarto seguro para intentar asegurar las puertas de su casa. En ese momento, le dispararon.
Mientras se retiraba de vuelta a su cuarto seguro, los atacantes lo siguieron. Abrieron fácilmente la puerta, que solo estaba diseñada para proteger de proyectiles o llamas y no podía cerrarse con llave.
Cuando entraron, la esposa de Ben Ami estaba escondida, así que él les dijo que estaba solo.
"Estaba seguro de que iba a morir", afirmó.
El ex rehén israelí Ohad Ben Ami frente a su casa en el Kibbutz Be’eri, desde donde fue secuestrado durante el ataque terrorista liderado por Hamas el 7 de octubre de 2023. La foto fue tomada casi dos años después, el 5 de octubre de 2025.
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Pero a diferencia de muchos de sus vecinos ese día en el Kibbutz Be’eri, Ben Ami no fue asesinado. Lo metieron en el asiento trasero de un coche y lo llevaron a Gaza, donde permanecería 491 días en cautiverio.
"En mi mente, sigo allá abajo"
Durante su tiempo como rehén, trasladaron a Ben Ami de un apartamento a otro. Muchos no tenían agua corriente ni baños que funcionaran bien.
"Las condiciones eran muy, muy malas. Todo el tiempo, el ejército israelí bombardeaba. Así que teníamos mucho miedo de morir por nuestras propias bombas", relató Ben Ami.
A veces estaba con otros rehenes, incluyendo, por un tiempo, a su esposa Raz Ben Ami, quien también había sido capturada. Ella fue liberada en el primer acuerdo de intercambio de rehenes y prisioneros entre Israel y Hamas a finales de 2023.
La ex rehén de Hamas Aviva Siegel (izquierda) consuela a su hija Elan Tiv junto a la ex rehén Raz Ben Ami, durante una visita a la 55ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza, el 29 de febrero de 2024.
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A Ben Ami lo llevaron bajo tierra, a la red de túneles de Hamas, donde dijo que no había luz, muy poca comida y las condiciones sanitarias eran extremadamente deficientes.
Lo pusieron en una zona con otros dos rehenes, Elkaha Bohbot y Bar Kuperstein. Tres cautivos israelíes más se unieron a ellos, pero la cantidad de comida que recibían no aumentó.
"Todo el tiempo teníamos hambre. Estábamos muy nerviosos. Intentábamos luchar y acostumbrarnos a la situación", comentó.
El grupo comenzó a perder peso, intentando dividir una comida muy limitada. Pero a pesar de las condiciones terribles, Ben Ami logró seguir adelante.
"Ellos [Hamas] nos dejaban ver la televisión 15 minutos una vez al mes… así que vimos que la gente en Israel luchaba por nosotros", dijo. "Ellos nos decían que nuestro gobierno no nos quería de vuelta. Que el ejército israelí buscaba matarnos. Que el gobierno israelí no pagaría el precio. Y que nuestras familias estaban calladas. Pero cuando vimos en la tele que todo Israel salió… eso nos dio esperanza. Nos dio mucha esperanza para continuar y ser fuertes".
En febrero de este año, Ben Ami fue liberado como parte del último acuerdo de intercambio, pero sus compañeros no lo fueron.
El israelí Ohad Ben Ami, que estuvo secuestrado por Hamas en Gaza desde el 7 de octubre de 2023, saluda a la multitud mientras es escoltado por miembros de Hamas antes de ser entregado a la Cruz Roja en Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, el 8 de febrero de 2025.
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"Cuando pienso en mis cinco amigos y en los 48 rehenes que todavía están allá abajo, estoy muy, muy preocupado por ellos", dijo Ben Ami. "Amo a mi país y amo a su gente, pero nuestro gobierno está desconectado. Y hasta ahora, tengo un sentimiento de ofensa. Siento que me abandonaron".
Mientras se llevan a cabo negociaciones en Egipto para un acuerdo que podría liberar a todos los rehenes restantes, Ben Ami dice que tiene esperanza.
"Yo hablo y converso — pero en mi mente, sigo allá abajo. Así que hasta que no regresen, los 48, no puedo vivir. Sigo siendo un rehén. Soy un hombre libre, pero no en mi alma", afirmó. "Le pido a todas las partes que vengan al medio y entonces… que se den la mano y lo terminen y traigan a casa a todos los rehenes. Para darle a nuestra nación, y también a los palestinos, tiempo para recuperarse".