El ejército israelí realizó una nueva serie de ataques aéreos en el sur del Líbano, menos de un día después de que Israel y el Líbano mantuvieran sus primeras conversaciones directas en décadas.
Se pidió a los residentes de los pueblos de Mjadel, Baraachit, Jbaa y Mahrouna que evacuaran las zonas aldedañas a lugares que, según el ejército israelí, eran almacenes de armas del grupo respaldado por Irán. No se han reportado víctimas.
Un portavoz militar israelí dijo que estos sitios constituían una violación del alto al fuego y advirtió que continuarían operando “para eliminar cualquier amenaza” contra Israel.
Israel ha llevado a cabo ataques casi diarios en el Líbano desde que entró en vigor un alto al fuego en noviembre de 2024, después de 13 meses de conflicto.
No hubo una reacción inmediata de los líderes libaneses a los ataques del jueves. Políticos libaneses ya han condenado ataques similares por violar el cese al fuego.
Según la primera fase de un acuerdo mediado por Estados Unidos y Francia, las tropas israelíes debían retirarse del sur del Líbano, mientras que Hezbolá debía retirar sus combatientes y armas al sur del río Litani, a unos 30 km de la frontera con Israel; un plan que el grupo y sus aliados se oponen.
Israel ha mantenido posiciones en varios puntos estratégicos fronterizos e incrementado sus ataques aéreos en semanas recientes. Es una escalada que, según funcionarios, es motivada por los intentos de Hezbolá de reconstruir su infraestructura militar y por los esfuerzos limitados que, a su juicio, hace el gobierno libanés para desarmar al grupo.
Los ataques del jueves ocurrieron menos de 24 horas después de que Israel y el Líbano enviaran enviados civiles a la ciudad fronteriza libanesa de Naqoura para sus primeras conversaciones directas en décadas.
Las conversaciones, albergadas en la sede de la misión de paz de la ONU, Unifil, tuvieron lugar durante una reunión del comité de monitoreo del alto al fuego, que hasta ahora solo incluía a oficiales militares de EE.UU., Francia, Líbano, Israel y Unifil.
La oficina del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu emitió un comunicado diciendo que la reunión “transcurrió en un buen ambiente” y que “se acordó formular ideas para avanzar en una posible cooperación económica entre Israel y el Líbano”.
También señaló que los enviados israelíes “aclararon que el desarme de Hezbolá es obligatorio, independientemente del avance de la cooperación económica”.
El Primer Ministro libanés, Nawaf Salam, fue más cauto, diciendo que el Líbano seguía “lejos” de una normalización diplomática con Israel y que las charlas se centraban en “reducir la tensión”.
“Aún no estamos en conversaciones de paz”, dijo a periodistas, señalando que las prioridades del Líbano son el cese de hostilidades, la liberación de detenidos libaneses en Israel y la retirada total israelí de su territorio.
Añadió que Beirut estaba abierto al despliegue de tropas francesas y estadounidenses para ayudar a verificar los esfuerzos por desarmar a Hezbolá.
Los últimos ataques y movimientos diplomáticos coinciden con la visita de una delegación del Consejo de Seguridad de la ONU al Líbano para revisar la estancada implementación del alto el fuego.
