Israel nunca tuvo la intención de ocultar su autoría en el ataque del martes contra Doha. A los pocos minutos de escucharse las explosiones en la capital de Qatar, funcionarios israelíes reclamaban la responsabilidad en los medios de comunicación.
Y no mucho después, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se atribuyó públicamente el ataque contra varios líderes de Hamás.
Historias recomendadas
Letanía de 3 utensilios final de la serie
“Israel lo planeó, Israel lo ejecutó, e Israel asume toda la responsabilidad”, señaló el comunicado.
El ataque marca otra escalada de Israel, la última de una serie que ha incluido el lanzamiento de una ofensiva contra Irán, la ocupación de más tierras en Siria, el asesinato de la cúpula del grupo libanés Hezbolá y la muerte de más de 64.500 palestinos en la Franja de Gaza desde que su ofensiva allí comenzó.
Pero este ataque marca una nueva frontera en lo que Israel cree que puede salirse con la suya: un ataque directo contra un aliado de los Estados Unidos, Catar, que alberga la base militar estadounidense más importante de la región y que ha liderado las negociaciones para asegurar un alto el fuego y liberar a los cautivos israelíes en Gaza.
“Hemos visto que Israel dispara contra áreas llenas de civiles y residenciales, y en capitales de todo Oriente Medio, con total impunidad”, declaró a Al Jazeera Mairav Zonszein, analista senior para Israel del International Crisis Group. “Y continúa haciéndolo, y lo seguirá haciendo, a menos que alguien tome medidas serias para detenerlo”.
El ataque tomó a muchos por sorpresa porque traspasó lo que el analista de defensa palestino Hamze Attar denominó el “trabajo tradicional del Mossad (inteligencia israelí)”, como asesinatos mediante coches bomba, veneno o ataques con francotiradores.
“No creo… que los cataríes esperaran que Israel bombardeara Doha”, afirmó.
Cinzia Bianco, investigadora visitante del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, señaló que los anteriores ataques de Israel en todo el mundo significaban que “los cataríes sabían que no estaban completamente a salvo, pero obviamente nadie anticipó un ataque directo, y solo el desafío y la imprudencia desquiciada del mismo sorprendieron, diría, a todos”.
Hasta ahora, Israel ha recibido poco rechazo por sus acciones por parte de Estados Unidos, tanto bajo el actual presidente Donald Trump como del anterior presidente Joe Biden. En los primeros comentarios de la Casa Blanca sobre el ataque, un comunicado de Trump señaló que, si bien Estados Unidos había sido informado del ataque, Israel lo había llevado a cabo unilateralmente. El comunicado añadió que el ataque no avanzaba los objetivos israelíes o estadounidenses, pero que debilitar a Hamás era un “objetivo loable”.
“No creo, analíticamente hablando, que Israel llevase a cabo un ataque de este tipo sin una luz verde estadounidense”, expresó el analista político senior de Al Jazeera, Marwan Bishara. “Si Estados Unidos no diera luz verde, deberíamos escuchar una condena en cualquier momento… la administración Trump necesita condenar este comportamiento por parte de su aliado, Israel, mientras están sucediendo las negociaciones (del alto el fuego)”.
¿Fin de las negociaciones de alto el fuego?
Esas negociaciones de alto el fuego discuten un acuerdo que Trump ha impulsado personalmente, pero con la advertencia de que el presidente de Estados Unidos ha lanzado sus propias amenazas contra Hamás y Gaza en caso de que no se llegue a un acuerdo.
Eso ha implicado que el grupo palestino ha sido la principal barrera para un acuerdo, pero, en realidad, Hamás ha aceptado propuestas de alto el fuego, solo para encontrar que Israel rechaza los acuerdos que previamente había establecido, o cambia los parámetros de las negociaciones.
La administración Trump presionó anteriormente por un acuerdo que incluiría la liberación parcial de los cautivos israelíes y una pausa temporal en los combates, durante la cual continuarían las negociaciones para un fin permanente de la ofensiva.
Pero Israel rechazó eso después de apoyarlo inicialmente, y el acuerdo actual que se propone exige que Hamás libere a todos los cautivos, pero solo obtiene una pausa temporal en la lucha a cambio.
Junto con la operación militar en curso de Israel en la ciudad de Gaza, donde ha ordenado a todos los palestinos que se marchen, y su insistencia en que Hamás sea destruido, parece probable que Israel planee continuar su ofensiva, sea cual sea el resultado de las negociaciones.
“Creo que la conclusión aquí es que Israel claramente no está interesado en ningún tipo de alto el fuego, o en las negociaciones para un alto el fuego, (y) que los informes sobre la propuesta de Trump de negociar con Hamás, lo que sea que esta nueva propuesta revisada fuera, fue una artimaña y un teatro”, dijo Zonszein.
“Y, por supuesto, no existe la expectativa de que eliminar el liderazgo político (de Hamás) en Doha vaya a ser un cambio decisivo en la ofensiva de Israel contra Gaza”, añadió.
Otros analistas coincidieron con esa perspectiva.
“Israel ha llevado su desprecio por las negociaciones, y por el derecho internacional y el respeto a la soberanía de los estados, a un nuevo nivel de transparencia”, dijo Daniel Levy, presidente del U.S./Middle East Project y exnegociador israelí en los años noventa y principios de los 2000. “Deberíamos haber superado desde hace mucho tiempo el punto en el que hubiera duda alguna sobre si Israel está negociando de buena fe”.
Reacción de Catar
Catar ha tenido durante mucho tiempo un papel como mediador regional e internacional, manteniendo buenas relaciones con Estados Unidos e Irán, por ejemplo.
Aunque no tiene relaciones con Israel, Catar ha acogido a negociadores israelíes para las conversaciones de alto el fuego desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023, y previamente ha coordinado con Israel el proporcionar ayuda a Gaza antes de la ofensiva.
“Catar es uno de los países que está tratando de calmar la situación en Gaza y sacar a ambas partes de la ofensiva actual… pero Israel no ha correspondido a estos esfuerzos”, dijo Abdullah al-Imadi, escritor y periodista con sede en Doha.
Pero Catar ha comenzado a verse arrastrado a la violencia regional, con un ataque de Irán a la base estadounidense en Al Udeid en junio, que Irán enfatizó que no iba dirigido a Catar, y ahora el ataque israelí en Doha.
Al-Imadi cree que Catar intentará “atraer más atención internacional a las violaciones del régimen israelí de todas las leyes y convenciones internacionales” en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en unos días.
Catar buscará “movilizar la opinión pública internacional para presionar a Israel a que se someta y respete la soberanía de los estados”, dijo Al-Imadi.
Kristian Coates Ulrichsen, especialista en Medio Oriente del Instituto Baker de Política Pública de la Universidad de Rice, dijo que esperaba que los funcionarios de Catar y del Consejo de Cooperación del Golfo más amplio se “comunicasen con sus homólogos estadounidenses para evaluar los informes de que la administración conocía este ataque”.
“De ser exacto, (eso) golpea el corazón de la asociación de seguridad y defensa de Estados Unidos de una manera que el ataque de Irán contra Catar en junio no lo hizo”, afirmó Ulrichsen.
Los analistas añadieron que los estados regionales debían unirse para hacer retroceder a Israel.
“Albergar bases estadounidenses y fuerzas militares era una forma efectiva de disuasión, (pero eso) ahora se ha evaporado”, dijo Bianco. “La respuesta del CCG podría darse cuenta de que las garantías de seguridad de Estados Unidos ya no son tan valiosas como se había pensado durante tanto tiempo”.
“Nadie está realmente seguro, y nadie está realmente fuera de peligro”, dijo Bianco. “Entonces, por supuesto, también tiene implicaciones para Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, etcétera”.
“Todos los estados de la región deberían tener interés en poner fin a esta impunidad porque la Fuerza Aérea Israelí y sus bombas están llegando a su vecindario si no se unen para detener esto”, afirmó Levy.
“Se debe plantear la pregunta y el dilema a EE.UU.: ¿Quiere relaciones con el resto de la región? ¿O quiere disfrutar de la criminalidad israelí?”