Cada época, ya sea industrial o tecnológica, sigue su propia teoría del tiempo. La nuestra no se define por la continuidad sino por la fragmentación, por una percepción comprimida en instantes computacionales. La arquitectura, que durante mucho tiempo se basó en la durabilidad, se encuentra incómoda en esta condición. El trabajo de Lei Zhang ocupa precisamente esta tensión. A través de 1e-43, él aborda la arquitectura como un instrumento temporal, una estructura que registra la fluctuación en vez de resistirse a ella. El nombre del estudio, tomado del tiempo de Planck, señala un compromiso con escalas que están más allá de la percepción ordinaria; enmarca una práctica atenta a los microeventos más que a la forma monumental.
2_Hombre descendiendo la escalera (2025)_©1e-43
Mientras muchos diseñadores computacionales usan sistemas digitales para estabilizar la geometría, Zhang los usa para exponer la inestabilidad. Esto sitúa su trabajo cerca de practicantes como Hansmeyer u Oxman, pero es distinto en su orientación: el interés no es la generatividad por sí misma, sino la capacidad de la arquitectura para revelar su propio devenir a través de eventos simulados.
En los proyectos de Zhang, la computación funciona menos como un mecanismo y más como un entorno. La simulación se usa para revelar patrones de erosión, deriva y acumulación en lugar de para optimizar o refinar. El trabajo se aleja del determinismo paramétrico y se mueve hacia una ecología computacional. La desviación magnética, los conjuntos de datos corruptos, la distorsión de sensores: todo esto se reinterpreta como materia arquitectónica. En una cultura del diseño que a menudo busca la perfección, el destacar las interferencias por parte de Zhang se lee como algo tanto metodológico como crítico.
3_Colección de investigación para Gravedad del Tiempo (2023)_©1e-43
Gravedad del Tiempo (2023) marca el comienzo de esta investigación sostenida. Concebida como una estructura tidal que emerge y se sumerge con el mar, rechaza el espectáculo de las fachadas cinéticas y en cambio plantea la capacidad de respuesta como un registro. La arquitectura no actúa para el espectador; registra la historia del contexto que la rodea.
Esta sensibilidad se agudiza en Meridiano a la Deriva (2024), donde herramientas robóticas inscriben las fluctuaciones del campo magnético terrestre directamente sobre láminas de metal. El resultado no es ni representación ni metáfora. Es residuo: una huella física de un proceso planetario. Aunque el proyecto se intersecta con tradiciones de sensado ambiental, su significado arquitectónico radica en unir la medición y la materialización en una sola acción.
4_Simulación de un sistema caótico y la geometría fosilizada resultante como parte de la investigación para la Colección Wedge’s Epoch II (2025)_©1e-43
Con Autogénesis (2024), Zhang profundiza su interés en la autoría distribuida. Las simulaciones de partículas generan formas según dogmas físicos; la impresión 3D transfiere estos comportamientos a la materia. Los objetos que emergen poseen una coherencia que no puede atribuirse a un único autor, sugiriendo un modo de hallazgo de formas en el que el diseñador, el algoritmo y el material comparten la agencia. Esto plantea una pregunta cada vez más relevante para la práctica contemporánea: dónde reside la agencia del diseño cuando la intención está distribuida.
5_Recurrencia (2025), una fachada diseñada y fabricada por Wedge como parte del programa del London Design Festival 2025_©Wedge
Estas investigaciones encuentran una base arquitectónica en Wedge, el estudio que Zhang cofundó. Su fachada Recurrencia (2025) conserva las irregularidades producidas por el escaneo LiDAR—deslumbramiento, geometría faltante, ruido digital. En lugar de suavizar estos elementos, el proyecto los trata como evidencia del origen digital. Es un contrapunto deliberado a las expectativas pulidas del diseño contemporáneo de fachadas. Más significativamente, el triturar y reimprimir los paneles de arena de cuarzo posiciona la circularidad no como una aspiración, sino como un método operativo, replanteando la durabilidad como la capacidad para una reconfiguración material continua.
6_Lumetrón (2024), un dispositivo que traduce la detección de variaciones magnéticas en movimiento de la luz._©1e-43
7_Escritorio (2024), programación de trayectorias para conformado incremental robótico de láminas._©1e-43
8_Escritorio (2024), zinc de 2mm, improntas hechas por una máquina KUKA KR-60 con un effector final de latón_©1e-43
Proyectos como Lumetrón (2024) y Escritorio (2023) continúan esta línea de investigación al tratar la fabricación como inscripción. Aquí, las fluctuaciones en la luz, el magnetismo y el movimiento se transcriben en textura, tanto física como digitalmente. Estas obras cuestionan la suposición de que el hacer es neutral. Cada marca producida por la máquina se convierte en un documento de las condiciones temporales. En este sentido, la práctica de Zhang se intersecta con discusiones actuales sobre la artesanía digital, a la vez que las impulsa hacia un compromiso más explícito con la temporalidad.
9_Una imagen térmica retrato de Lei_©1e-43
En conjunto, el trabajo de 1e-43 y Wedge conforma una práctica de diseño integrada en un ecosistema de investigación riguroso. Su distintivo radica en la negativa a tratar la arquitectura como algo separado del tiempo. Zhang no intenta detener la inestabilidad del sistema o la materia; él la utiliza. En un momento caracterizado por la aceleración computacional y la volatilidad ambiental, este cambio de la permanencia hacia la continuidad no se lee como una provocación, sino como un reajuste cada vez más necesario. Su contribución es hacer visibles las fuerzas que la arquitectura típicamente oculta, y al hacerlo, sugerir una trayectoria alternativa para la disciplina—una en la que los edificios actúan menos como artefactos fijos y más como experiencias sintonizadas con la duración.
