Intercepción de bombarderos rusos por EE.UU. cerca de Alaska

Cazas Sukhoi Su-35 “Flanker” ingresaron a la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska. Crédito de la foto: Fasttailwind/Shutterstock

El pasado 24 de septiembre, el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) despachó cazas estadounidenses para interceptar cuatro aeronaves militares rusas cerca de Alaska, lo que constituye el noveno incidente de esta índole en lo que va del año. La formación incluía dos bombarderos Tupolev Tu-95 “Bear” con capacidad nuclear, escoltados por dos cazas Sukhoi Su-35 “Flanker”, los cuales penetraron la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Alaska. Dicha zona es un espacio aéreo internacional designado, adyacente al territorio soberano de Estados Unidos y Canadá, que se monitoriza de forma rutinaria para detectar, identificar y rastrear aeronaves aproximándose. La presencia de los bombarderos rusos motivó el despliegue inmediato de efectivos estadounidenses y canadienses.

NORAD desplegó una aeronave de alerta temprana y control E-3, junto con cuatro cazas F-16 y cuatro aviones nodriza KC-135, para interceptar y vigilar a los aparatos rusos. Los oficiales confirmaron que las aeronaves rusas no violaron el espacio aéreo soberano de EE.UU. o Canadá. NORAD subrayó que este tipo de incidentes se consideran rutinarios, a pesar del perfil de las aeronaves implicadas. El E-3, conocido como AWACS, proporcionó una conciencia situacional y de radar continua, mientras que los F-16 se encargaron de la identificación visual y de escoltar a los bombarderos alejándolos del territorio norteamericano.

Este suceso se produce tras dos encuentros similares el mes anterior, lo que ilustra un patrón de actividad militar rusa en las proximidades de Alaska. Oficiales militares de EE.UU. y Canadá afirman que los bombarderos de largo alcance rusos han realizado vuelos rutinarios cerca de la ADIZ de Alaska en 2025, a menudo acompañados por cazas de escolta. Aunque NORAD cataloga estos eventos como ejercicios “regulares y esperados”, estos coinciden con unas crecientes tensiones geopolíticas entre Rusia y la OTAN, que incluyen violaciones del espacio aéreo disputadas en Europa y un aumento del nivel de alerta en el Atlántico Norte.

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Los oficiales de NORAD han recalcado que la intercepción de aeronaves cerca de la ADIZ es una medida defensiva, destinada a garantizar la seguridad del espacio aéreo norteamericano. Los pilotos llevan a cabo procedimientos estándar de identificación y mantienen una separación segura respecto a las aeronaves extranjeras. No se reportaron incidentes ni acciones hostiles durante el encuentro, y los bombarderos rusos continuaron con su ruta de vuelo internacional planificada tras ser monitorizados.

Los expertos señalan que la recurrente presencia de bombarderos rusos cerca de Alaska subraya la importancia estratégica de la región, tanto para la vigilancia militar como para mantener un disuasivo creíble. Estados Unidos y Canadá mantienen una cobertura de radar continua, readiness de sus cazas y una coordinación a través de NORAD para responder a dichas actividades, lo que demuestra una vigilancia constante del espacio aéreo norteamericano. La intercepción refuerza la necesidad de un estrecho monitoreo y comunicación entre las potencias globales, a la vez que pone de manifiesto el profesionalismo y la preparación de las fuerzas de NORAD. Estos encuentros, si bien son rutinarios, continúan atrayendo la atención internacional debido a la participación de aeronaves con capacidad nuclear y sus más amplias implicaciones para la seguridad regional.