En el Festival Internacional de Cortometrajes de LA de este año, el reconocido director de fotografía Yuanhao Zhang regresa con su segunda selección oficial, después de su trabajo en “Desert Inn”. Esta vez, se pone detrás de la cámara para “Across From”, un drama tenso y de ritmo lento sobre una joven inmigrante china en Los Ángeles cuya noche pasa de la admiración al peligro dentro de una mansión lujosa. Dirigida con un estilo minimalista, el corto es una clase maestra de cómo una fotografía controlada puede aumentar la desazón psicológica—un efecto que Zhang logra a través de una meticulosa interacción de encuadre, luz y movimiento.
El enfoque cinematográfico de Zhang en “Across From” separa distintamente los dos mundos: el modesto apartamento de Mei y la lujosa mansión del casero. En la casa de Mei, Zhang emplea muchos elementos en primer plano para enmarcarla dentro de “cajas” literales y metafóricas, enfatizando visualmente cómo está atrapada por las duras realidades de las matrículas universitarias, el alquiler y la presión económica. Reflexionando sobre sus decisiones de iluminación, Zhang explica: “Elegimos una paleta de colores verde cálido para evocar la luz artificial y sucia de una tienda abierta 24 horas o cualquier lugar que se siente gastado y abandonado. La iluminación de tungsteno de alto contraste sugiere un espacio donde cucarachas y ratas podrían corretear en las sombras, sobreviviendo de las migajas que quedan. Esto refuerza visualmente su posición en el fondo de la escala social.” Una toma conmovedora en la película muestra al casero jugando con un pájaro enjaulado que Mei tiene. Zhang dice: “Esa jaula es una metáfora de la situación de Mei—atrapada financieramente, sin poder y a merced de otros.” Cuando el casero empuja la puerta de Mei, la luz exterior inunda el encuadre con un blanco sobreexpuesto, “obligando a Mei a entrecerrar los ojos contra una luz solar dura que invade esta habitación húmeda y con moho—justo como su dura realidad.”
En marcado contraste, la mansión del casero simboliza el movimiento ascendente y el privilegio. Mei sube una cuesta y escala unas escaleras grandiosas para entrar a la casa, representando visualmente su ascenso a un mundo diferente. Al final de la película, Mei camina por un puente hacia su propia casa, con el perfil iluminado del centro de Los Ángeles al fondo—una poderosa metáfora de la división entre la riqueza y la pobreza, separadas solo por “un puente”. Zhang explica: “Dentro de la mansión, usamos un plano secuencia continuo a 60fps en lugar de los usuales 24fps, creando un flujo más suave, casi surrealista. El encuadre es más amplio, la iluminación suave y natural, principalmente imitando la luz del sol que entra por grandes ventanales. Trajimos cinco luces de alta potencia para simular esta luz diurna en interiores, así que cada rincón del espacio se siente bañado por un sol cálido.” Añade: “Esta apertura luminosa contrasta con la incomodidad de Mei—ella está acostumbrada a esconderse en las sombras, así que la claridad de la mansión la desconcierta.”
(El director de fotografía Yuanhao Zhang)
El movimiento de cámara de Zhang es restrainto pero preciso, a menudo permitiendo que los actores se muevan dentro de un encuadre fijo en lugar de perseguirlos. Cuando ocurre movimiento—como un lento travelling acercándose a un personaje—es casi imperceptible al principio, sumergiendo al público en el estado mental del personaje sin romper el ritmo tranquilo de la película. “En una historia como esta, no necesitas que la cámara grite”, explica Zhang. “Quieres que escuche—que escuche de verdad—el silencio entre las personas.” Esta filosofía es evidente en su diseño de tomas, donde cada encuadre parece haber recibido tiempo para respirar.
La gradación de color se convierte en una capa de narración invisible pero potente. Esta colaboración es especialmente notable en las escenas de la mansión. Trabajando estrechamente con el equipo de postproducción, Zhang mantuvo la paleta apagada, con medios tonos terrosos y altas luces desaturadas, punctuadas por estallidos cálidos repentinos en momentos emocionales clave. “No queríamos que el color ‘anunciara’ su presencia”, señala Zhang. “Debería sentirse como si el ambiente cambiara antes de que te des cuenta de por qué.” Este enfoque le da a “Across From” una consistencia visual que apoya sus cambios tonales sin distraer de las actuaciones.
(De izquierda a derecha: Ryan Simpkins, Jonathan Morgan Heit, Aron Cagan, Louis Schwartz y Yuanhao Zhang)
Con “Across From” y “Desert Inn” dejando su huella en el festival de cortos de LA este año, Zhang consolida su reputación como un director de fotografía que prospera en narrativas impulsadas por la atmósfera. Su trabajo resiste la técnica llamativa en favor de elecciones deliberadas y emocionalmente resonantes—ya sea dejar que una sombra trague medio encuadre o mantener la toma el tiempo justo para captar una verdad no dicha de un personaje. En un festival a menudo dominado por espectáculos de alto concepto, “Across From” se destaca como un recordatorio de que la tensión más fascinante puede vivir en las habitaciones más pequeñas—si la cámara sabe exactamente dónde, y por cuánto tiempo, mirar.
