La agencia de inteligencia interior de Alemania anunció el viernes que ha designado al partido Alternativa para Alemania (AfD) como una organización confirmada de “extrema derecha” que “ignora la dignidad humana”. La nueva clasificación es el resultado de una revisión exhaustiva, cuyos hallazgos se detallan en un informe de 1,100 páginas. La agencia, llamada Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), afirmó que ahora hay pruebas concretas de que el partido antiinmigrante persigue esfuerzos que amenazan el orden democrático de Alemania. Declaraciones y posturas del partido y de sus representantes principales violan el principio constitucional de la inviolabilidad de la dignidad humana, afirmaron los vicepresidentes de la agencia, Sinan Selen y Silke Willems. Específicamente, la agencia dijo que la AfD considera a los ciudadanos alemanes con raíces en países predominantemente musulmanes como ciudadanos desiguales. Tres sucursales regionales del partido, en los estados orientales de Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt, ya han sido clasificadas como organizaciones de extrema derecha confirmadas. El partido nacional, que obtuvo un segundo lugar en las elecciones generales de febrero, anteriormente tenía un estatus de “sospechoso” de extremismo por parte de la agencia. Los tribunales confirmaron la clasificación en mayo de 2024, permitiendo a la BfV tener al partido bajo vigilancia, lo que posibilita el uso proporcional de informantes del partido, grabaciones de imagen y sonido. La vigilancia por parte de la BfV no tiene conexión con la prohibición de partidos políticos, que solo puede ser solicitada al Tribunal Constitucional por una de las cámaras del parlamento alemán o por el gobierno mismo. La ministra del Interior saliente, Nancy Faeser, enfatizó que la decisión de la BfV fue independiente y no estuvo motivada políticamente. “No ha habido ninguna influencia política en el nuevo informe”, dijo en un comunicado. “La Oficina Federal para la Protección de la Constitución tiene un claro mandato legal para combatir el extremismo y proteger nuestra democracia”, añadió. Fundado en 2013 como partido anti-euro, el AfD cambió rápidamente de dirección a medida que figuras nacionalistas y de extrema derecha cobraron protagonismo, lo que llevó a muchos de sus miembros originales a partir. El partido ganó un impulso significativo durante la crisis de refugiados de 2015, cuando cientos de miles de solicitantes de asilo ingresaron a Alemania. En las elecciones federales de 2017, el AfD emergió como el tercer partido más grande en la cámara baja del parlamento, asegurando el 12.6% de los votos nacionales. Aunque su participación bajó al 10.4% en 2021, el partido se recuperó fuertemente este año, duplicando su apoyo al 20.8%. A pesar de sus ganancias a nivel nacional, el apoyo más fuerte del AfD sigue concentrado en el este de Alemania.