Si te devolvieran 25.920 minutos, 432 horas o 18 días de tu tiempo durante el último año, ¿qué harías con él?
Mientras reflexionas sobre tu respuesta, te comparto una breve anécdota que una amiga me relató recientemente. Al registrarse para su chequeo anual en la consulta de su médico de cabecera, observó una pizarra blanca en la pared detrás de la recepcionista.
En ella figuraban los ocho profesionales de la consulta, con un número junto a cada nombre. Esta cifra representaba los minutos de retraso en la agenda de cada uno ese día. Casi todos superaban los dos dígitos, y apenas era mediodía.
Resulta desmoralizante. No es de extrañar que los profesionales sigan enfrentando tasas elevadas de desgaste profesional, mientras que la confianza de los pacientes en sus médicos se erosiona de manera dramática.
¿Y lo peor? Según un estudio reciente sobre mortalidad evitable, “a pesar de gastar más que ningún otro país del mundo en atención sanitaria, la esperanza de vida en EE. UU. es comparativamente peor que la de la mayoría de países de altos ingresos”. Según el estudio, la mortalidad evitable se refiere al número de fallecimientos anuales en personas menores de 75 años que podrían haberse prevenido o evitado mediante una atención sanitaria y una prevención oportunas y efectivas.
Fíjate en la frase clave: atención sanitaria oportuna y efectiva.
Volviendo a mi pregunta inicial: ¿ya sabes qué harías con 18 días de tiempo recuperado? Y, por cierto, el tiempo que recuperas proviene de una tarea necesaria. Es un proceso mayormente manual que a nadie le gusta realizar realmente.
Imagina pasar solo unos 30 segundos fregando los platos cada noche, entre vaciar y llenar el lavavajillas y limpiar la cocina, en lugar de los 10-15 minutos que probablemente te lleva ahora. Y lo mejor es que el tiempo que ahorras es completamente tuyo.
Existen aspectos de la sanidad que son igual que fregar los platos; podríamos considerar las autorizaciones previas como una de esas partes tediosas, manuales, pero necesarias, de la prestación asistencial.
No tiene por qué ser así. Contamos con la tecnología, la interoperabilidad a gran escala y innovadores dispuestos a abordar incluso los desafíos más complejos a los que se enfrenta hoy el sector sanitario.
Hasta ahora, la pieza que faltaba para resolver la abrumadora carga administrativa que se interpone entre los clínicos, los pacientes y la atención que merecen, ha sido la colaboración intersectorial, que podríamos decir que es tan importante como añadir el detergente y pulsar el botón de inicio del lavavajillas.
La colaboración entre los planes de salud y los gestores de casos, médicos, farmacéuticos y proveedores asistenciales es clave no solo para diagnosticar los problemas dentro del sistema sanitario, sino, en última instancia, para desarrollar tecnologías que puedan ofrecer soluciones integrales y resultados impactantes, especialmente para los pacientes. Esta misma colaboración ha impulsado el desarrollo de tecnologías innovadoras que automatizan los flujos de trabajo, antes manuales, requeridos para las autorizaciones previas.
Estas soluciones no solo han demostrado mejorar la eficiencia, el rendimiento financiero y la satisfacción laboral de los prescriptores, sino que también han reducido substancialmente el tiempo promedio para la aprobación de los medicamentos que necesitan los pacientes. Y al aprovechar los datos en tiempo real de las historias clínicas electrónicas de los pacientes, estas soluciones también han disminuido las negativas y apelaciones de autorizaciones previas resultantes de una falta de información.
Simplificar estos procesos laboriosos e iterativos mediante la automatización permite a los proveedores dedicar más tiempo a la atención directa del paciente, en lugar de buscar información entre historiales y permanecer en espera con las aseguradoras. Más importante aún, puede cambiar la vida de aquellos pacientes cuyos médicos reportaron altas tasas de tratamientos abandonados y retrasos en el acceso a la atención necesaria debido a los problemas con las autorizaciones previas.
Además de mejorar el acceso y la calidad de la atención, a la vez que reduce la carga administrativa y las sensación de desgaste, la implementación temprana de estas soluciones tecnológicas, incluso en una capacidad relativamente limitada, ya ha demostrado el potencial de ahorrar enormes cantidades de tiempo valioso a los equipos de atención, automatizando un conjunto de tareas requeridas como parte de la prestación de cuidados.
Entonces, ¿qué harías tú con ese tiempo?
Para los médicos cuyo ‘retraso en minutos’ figura junto a su nombre para que todos lo vean, no es difícil imaginar cómo emplearían ese tiempo extra. Apuesto a que dirían: “hablar unos minutos más con mis pacientes” o “ir al partido de fútbol de mi hijo entre semana”.
Creo que podemos confiar en que, para estos clínicos y proveedores de todo el ecosistema sanitario, no hay duda de que cualquier tiempo que se les devuelva será tiempo bien invertido.
Foto: malerapaso, Getty Images
Frank Harvey se incorporó a Surescripts como CEO en 2022, después de más de 35 años en diversos roles de liderazgo e inversión en los sectores de tecnología sanitaria, farmacia y productos farmacéuticos.
Reconociendo el papel de Surescripts para ayudar a la sanidad a curarse a sí misma, Frank está comprometido con innovar y avanzar en el intercambio de inteligencia sanitaria que permita a los clínicos ofrecer una atención mejor informada, más segura y menos costosa para los pacientes.
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