El Banco de Grecia ha reportado un aumento del 8,9% en los ingresos por turismo durante los primeros diez meses del año.
Crédito: Alexandros Michailidis, Shutterstock
Grecia ha sido durante mucho tiempo uno de los pesos pesados del turismo en Europa, pero las nuevas cifras sugieren que el último éxito del país no se reduce simplemente a atraer a más visitantes. También radica en cuánto gastan esos visitantes una vez que llegan.
Según los datos publicados por el Banco de Grecia, los ingresos por viajes aumentaron un 8,9 por ciento en los primeros diez meses del año. A primera vista, esto podría parecer el resultado directo del aumento del número de turistas. En realidad, el panorama es un tanto más matizado –y más alentador para la economía griega–.
El crecimiento turístico impulsado por el gasto, no solo por las llegadas
Entre enero y octubre, Grecia recibió 35,26 millones de visitantes extranjeros, frente a los 33,79 millones del mismo período del año anterior. Esto representa un aumento del 4,4 por ciento en las llegadas, una subida sólida para un país que ya atrae a una ingente cantidad de turistas cada año.
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No obstante, el Banco de Grecia señala que el mero crecimiento de visitantes no explica el salto en los ingresos. Un factor clave ha sido el aumento del gasto medio por viaje, que se incrementó en un 3,9 por ciento interanual.
De media, los visitantes gastaron 602,20 euros por viaje, lo que contribuyó a elevar los ingresos totales por viajes en 1.830 millones de euros, hasta alcanzar los 22.380 millones en solo diez meses. En términos simples, Grecia no solo está acogiendo a más turistas, sino que esos turistas están gastando más dinero durante su estancia.
Para un país donde el turismo es un pilar fundamental de la economía, esa combinación es particularmente significativa.
Alemania, Italia y el Reino Unido mantienen la actividad en Grecia
Un análisis más detallado del origen de los visitantes muestra que los mercados tradicionales de Grecia se mantienen firmes.
Las llegadas desde Alemania, el principal mercado emisor, aumentaron un 8,3 por ciento, lo que confirma el atractivo continuado del país para los viajeros alemanes. Italia le siguió de cerca con un aumento del 8,2 por ciento, mientras que las llegadas desde el Reino Unido crecieron un 6,6 por ciento.
Estados Unidos también registró crecimiento, con un aumento del 2 por ciento en las llegadas, lo que sugiere que los viajes de larga distancia a Grecia se mantienen resilientes a pesar de los mayores costes y la incertidumbre económica general.
Francia fue la excepción más notable. Las llegadas desde este país cayeron un 2 por ciento en comparación con el año pasado, desmarcándose de la tendencia general. Aunque las cifras no explican el descenso, este se produce en un momento de intensa competencia entre destinos mediterráneos y de cambio en los hábitos de viaje de los turistas europeos.
En conjunto, sin embargo, el sólido desempeño de Alemania, Italia y el Reino Unido –tres de los mercados más fiables para Grecia– ha contribuido a apuntalar tanto el número de visitantes como su gasto.
Indicios de un cambio hacia un turismo de mayor valor
Durante años, los responsables del turismo griego han hablado de la necesidad de alejarse de un modelo puramente basado en el volumen y centrarse, en su lugar, en un turismo de mayor valor. Estas últimas cifras sugieren que ese cambio podría finalmente estar materializándose.
Un aumento del gasto por viaje suele indicar que los viajeros optan por un mejor alojamiento, salen a comer con más frecuencia o invierten en experiencias más allá de las tradicionales vacaciones de sol y playa. En todo el país, los destinos han diversificado su oferta, poniendo más énfasis en la gastronomía, la cultura, las escapadas urbanas y los viajes en temporada media.
Aunque los meses pico del verano siguen dominando, un mayor gasto medio también apunta a una mezcla más diversa de visitantes, incluyendo a aquellos que viajan fuera de los períodos más concurridos.
Dicho esto, el aumento de las cifras no está exento de desafíos. Los destinos populares siguen lidiando con la presión sobre las infraestructuras, la vivienda y los servicios locales, especialmente durante la temporada alta. A medida que crece el turismo, equilibrar los beneficios económicos con la sostenibilidad sigue siendo una tarea delicada.
Por ahora, no obstante, el mensaje del Banco de Grecia es claro. El motor turístico de Grecia no funciona solo a base de volumen; cada vez está más impulsado por un mayor gasto por visitante. En un año marcado por la incertidumbre en otras partes de Europa, esa combinación ha supuesto un impulso bienvenido para el sector turístico del país.
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