Un avión de EasyJet fotografiado antes del incidente en el Aeropuerto de Niza. Crédito: Markus Mainka, Shutterstock
Los pasajeros del Aeropuerto de Niza vivieron un susto de enormes proporciones el domingo por la noche cuando dos aviones estuvieron a punto de colisionar. Lo que debía ser un aterrizaje rutinario se convirtió en un momento angustioso que dejó a los viajeros conmocionados y a las autoridades de aviación buscando respuestas con urgencia.
Un incidente aéreo aterrador
Eran aproximadamente las 11:30 pm del 21 de septiembre cuando el vuelo BJ586 de Nouvelair, procedente de Túnez, inició su aproximación a Niza. Las condiciones meteorológicas no pudieron ser peores: intensísimas lluvias azotaban la pista y la visibilidad era tan reducida que las luces de la pista apenas eran un destello borroso.
Mientras el avión tunecino descendía, los pasajeros de un avión de easyJet que aguardaba para despegar con destino a Nantes sintieron una sacudida violenta. La cabina vibró, los compartimentos superiores se agitaron y, según relató un viajero, “un ruido ensordecedor llenó la cabina cuando otro avión pasó rugiendo justo por encima nuestro; los pilotos nos dijeron luego que estuvo a unos tres metros”.
Confusión e interrogantes
Inicialmente, circularon rumores con rapidez: ¿acaso la tripulación de Nouvelair se alineó con la pista equivocada? ¿Fue un error humano o una falla en la comunicación con el control de tráfico aéreo? Nice-Matin informó de que el piloto había confundido su trayectoria de aterrizaje. El aeropuerto, contactado por los medios locales, confirmó que “el piloto parece haber cometido un error” y añadió que la tripulación realizó un intento frustrado para evitar el impacto.
La Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil (BEA) de Francia se encarga ahora de la investigación. El ministro de Transportes saliente, Philippe Tabarot, no tardó en ordenar la pesquisa, afirmando que era crucial “arrojar luz sobre las circunstancias de este grave incidente”.
Sin embargo, para los pasajeros, las explicaciones oficiales importaron poco en ese instante. Lo que recordarán será el pánico a bordo, los gritos y la conciencia de lo cerca que estuvieron de la tragedia.
Nouvelair defiende a su tripulación
Nouvelair rompió su silencio al día siguiente, subrayando que el incidente ocurrió en “condiciones meteorológicas particularmente adversas, caracterizadas por fuertes lluvias y una visibilidad extremadamente reducida”.
La aerolínea, que opera desde hace más de 36 años, quiso destacar su historial de seguridad. En su comunicado, Nouvelair reafirmó que la seguridad de los pasajeros y la tripulación es su “prioridad absoluta” y manifestó que colabora plenamente con los investigadores.
“Todas nuestras operaciones se llevan a cabo estrictamente conforme a los estándares internacionales”, añadió la compañía, prometiendo prestar “todo el apoyo necesario para garantizar el buen desarrollo de la investigación”.
Fue un mensaje destinado no solo a tranquilizar a los pasajeros, sino también a defender a sus pilotos, quienes se enfrentaron a una situación de pesadilla durante la aproximación a uno de los aeropuertos más concurridos de Europa.
Una noche para el recuerdo
EasyJet canceló el vuelo a Nantes, reubicando a los pasajeros en otros vuelos. El avión de Nouvelair, tras dar un vuelo en espera, aterrizó sano y salvo en Niza.
Al amanecer del lunes, las imágenes de largas colas y viajeros frustrados colmaron las redes sociales. Pero tras la molestia subyacía un sentimiento de alivio. Unos pocos metros y unos pocos segundos fueron todo lo que separó a este incidente de convertirse en una catástrofe.
Los expertos en aviación señalan que, si bien estos incidentes de proximidad son raros, se toman con suma seriedad. Los investigadores analizarán cada detalle, desde los partes meteorológicos y los datos del radar hasta las grabaciones de la cabina, para comprender qué salió mal.
Para quienes iban a bordo, el recuerdo perdurará mucho más que los titulares. Como resumió un pasajero: “Estábamos listos para el despegue, y de repente sentimos que el cielo se nos venía encima. Fue el momento más espantoso de mi vida”.
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