Un cambio súbito en la dirección del viento podría haber empujado las llamas directamente hacia las viviendas. Crédito: Ayuntamiento de Calpe
Un voraz incendio forestal se declaró tarde el sábado noche en la partida de Garduix, en Calpe, generando una honda preocupación entre los residentes y propietarios. Los servicios de emergencia se desplazaron al lugar a partir de las 22:30 horas, desplegando todos los recursos disponibles en un intento desesperado por contener las llamas y proteger a la población local. Bomberos, Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil trabajaron codo con codo en una operación coordinada, que incluyó un plan de evacuación preventiva ante un posible avance del fuego hacia las propiedades colindantes.
El incendio surgió en un matorral y monte bajo a una distancia alarmantemente reducida de una zona residencial densamente poblada. Durante varias horas, los responsables de bomberos provinciales confirmaron que no se había procedido a la evacuación de ningun hogar – si bien la amenaza seguía siendo muy real.
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El viento fuerte se convirtió rápidamente en el peor enemigo de los equipos de extinción. Se movilizaron dos unidades forestales especialistas y tres dotaciones de bomberos de Alicante, pero, al descartarse el uso de medios aéreos por las condiciones nocturnas, los expertos advirtieron de que el apoyo aéreo sería crucial al amanecer en el caso de que el fuego no hubiese sido sofocado por completo.
Las autoridades cortaron la carretera que conecta Gargasindi y Garduix, mientras los bomberos combatían las llamas desde un terreno de difícil acceso. Los oficiales tranquilizaron a la ciudadanía afirmando que el incendio se encontraba “controlado” y que ninguna propiedad había resultado afectada de forma directa.
El concejal de Seguridad Ciudadana de Calpe, Guillermo Sendra, desde el puesto de mando, confirmó que la mayor preocupación había residido en un cambio repentino de la dirección del viento que podría haber impulsado las llamas directamente hacia las casas. “Afortunadamente, eso no ha sucedido”, declaró en torno a las 00:30 horas.
Sendra señaló además dos obstáculos principales: la densa vegetación de la zona permitió que el fuego se propagase con rapidez, y la ausencia de caminos cercanos obligó a los bomberos a trabajar lejos de sus vehículos, en una orografía de vaguada que complicó sobremanera las operaciones. La unidad de drones de la Policía Local se desplegó para detectar puntos calientes, vital dada la escasa visibilidad nocturna.
Finalmente, cierto alivio llegó poco después de las 12:35 de la madrugada, cuando el Ayuntamiento de Calpe confirmó que el incendio había sido controlado. Los efectivos permanecieron en el lugar toda la noche, humedeciendo el terreno calcinado para garantizar que ninguna brasa volviese a prender.
