Nuevas revelaciones estremecedoras sobre las últimas horas del adolescente británico Jay Slater
Testigos revelaron al podcast *Jay Slater: The Investigation* que el joven de 19 años se armó con cuchillos de cocina tras supuestamente robar ketamina a un traficante de drogas condenado.
Estas impactantes acusaciones provienen del detective Mark Williams-Thomas, quien investigó el caso durante meses y logró localizar testigos clave que la policía española no pudo hallar para la investigación forense.
Según *The Daily Mail*, la investigación de Williams-Thomas —que se publicará en un podcast de dos partes— determinó que Jay abandonó un Airbnb en el remoto pueblo de Masca llevando dos cuchillos en la cintura tras tomar una bolsa de ketamina perteneciente a Ayub Qassim.
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Una búsqueda masiva tuvo lugar el año pasado después de que Jay Slater desapareciera en Tenerife.
Qassim, un traficante condenado de 31 años, fue la última persona en ver con vida al aprendiz de albañil. Él mismo declaró a Williams-Thomas que Jay “se marchó porque estaba colocado con la ket y desapareció” tras robarle su suministro.
Su amiga Lucy Law habló por primera vez sobre su última llamada: Jay le dijo que estaba “en una misión” y que no podía volver a su alojamiento porque llevaba “dos cuchillos en el pantalón por si ocurría algo”.
Law, que estaba de vacaciones con Jay, no compareció en la investigación forense, ya que la policía no pudo localizarla. Sus padres afirmaron desconocer que debía declarar hasta que los agentes llegaron a su casa el día de la audiencia.
Jay había viajado a Tenerife para asistir al festival NRG cuando desapareció el 17 de junio, desatando una de las búsquedas más grandes de la isla. Su cuerpo fue hallado un mes después en un barranco, con graves heridas en la cabeza.
La investigación sugiere que Jay, bajo los efectos de drogas y alcohol, huyó del Airbnb por miedo a represalias tras robar la ketamina. Esto explicaría por qué se armó y por qué no pudo regresar.
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Qassim, quien cumplió nueve años de prisión por tráfico de drogas, no pudo ser localizado para declarar. El forense mostró frustración ante la incapacidad de la policía para encontrar testigos, lo que provocó el aplazamiento de la investigación.
Williams-Thomas compartió sus hallazgos con la policía española y con la madre de Jay, Debbie Duncan, quien quedó “desconsolada”. El detective descubrió que Jay había consumido una mezcla de drogas que alteró su comportamiento. La autopsia reveló restos de cocaína, éxtasis y ketamina en su cuerpo.
También se supo que Jay envió mensajes afirmando haber robado un reloj de lujo y que intentaba venderlo por £10,000.
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Sus últimas horas comenzaron después de acompañar a Qassim y otro hombre al Airbnb tras el festival. Intentó regresar a su hotel en Playa de las Américas, un trayecto de 10 horas por terreno montañoso. En sus últimas llamadas, dijo estar perdido, con el móvil a punto de apagarse.
Williams-Thomas concluyó que su muerte fue “un trágico accidente sin intervención de terceros”, pero cree que las nuevas pruebas explican por qué Jay salió abruptamente y por qué se armó.
La madre de Jay pidió inicialmente no revelar el robo de ketamina por temor al estigma familiar. Sin embargo, el detective decidió hacer público los hallazgos antes de la próxima audiencia.
Qassim respondió en redes, criticando a Williams-Thomas y sugiriendo que algunos “se lucran del dolor”. Indicó que asistirá a la próxima audiencia.
El caso generó teorías conspirativas en redes sociales, algo que la madre de Jay calificó de “angustioso y absurdo”. La investigación forense se reanudará más adelante, con la esperanza de que los nuevos testimonios aclaren las circunstancias de su muerte.