Huella dactilar de neandertal de 43.000 años en cueva española deja atónitos a los arqueólogos

ES el caso frío definitivo: la tecnología forense acaba de descubrir una huella dactilar de 43.000 años de antigüedad en una cueva española.

En un hallazgo que está dejando boquiabiertos a los arqueólogos, una única huella marcada en ocre rojo sobre un guijarro en el abrigo rocoso de San Lázaro, cerca de Segovia, ha sido revelada gracias a tecnología policial de vanguardia.

Así es: los extintos humanos primitivos ahora son parte de su propia investigación al estilo true crime.

Usando imágenes multiespectrales, normalmente reservadas para escenas del crimen modernas, expertos forenses españoles detectaron la huella oculta en un pequeño punto rojo sobre un guijarro de granito de 20 cm.

La marca era invisible a simple vista, pero ahora ha revelado 13 características identificativas, como terminaciones y bifurcaciones de crestas – oro puro en términos forenses.

El análisis de las crestas –separadas por 0,48 milímetros– sugiere que perteneció a un varón neandertal adulto.

No era una roca cualquiera. Fue traída cuidadosamente desde el cercano río Eresma, lo que indica que nuestro neandertal se esforzó por conseguirla.

El guijarro tiene tres hendiduras naturales que forman lo que los científicos describen como un rostro. ¿La huella de ocre? Justo en el centro –como una nariz.

ALGO MÁS:

Algunos investigadores creen que esto podría ser un ejemplo temprano de pareidolia –la tendencia del cerebro a ver caras en cosas como nubes, cortezas de árbol… o en este caso, rocas. De ser cierto, este guijarro podría ser el primer emoji del mundo.

A diferencia de otros encontrados en el sitio –todos claramente usados como herramientas– este no muestra desgaste. Y no había rastros de ocre cerca. Así que no fue parte de tareas cotidianas. Fue un acto único de expresión –deliberado, simbólico y profundamente humano.

LEAR  Es emocionante tener un rival a la altura.

Esta huella se une a una creciente galería de creatividad neandertal: arte rupestre en España, joyería de garras de águila en Croacia y ahora… posiblemente arte facial abstracto.

Durante décadas se les consideró primos menos inteligentes. Pero con hallazgos como este, queda claro que eran capaces de pensamiento simbólico, creatividad –e incluso autoconciencia.

San Lázaro fue uno de sus últimos refugios, datando de sus últimos 3.000 años en Iberia.

Todavía no habían llegado humanos modernos al centro de España, así que este acto fue indudablemente neandertal.

Como dicen los investigadores, la huella fue aplicada intencionalmente, probablemente presionada sobre pigmento húmedo para dejar una marca duradera. Y ahora, 43 milenios después, nos está hablando.