Horas difíciles por delante en la lucha contra los incendios, según el presidente del Gobierno español

El primer ministro español, Pedro Sánchez, advirtió el martes de que “permanecen horas difíciles” en la lucha contra los incendios forestales que han asolado una superficie récord, a pesar del descenso de las temperaturas.

“Les pido a los medios y también a la ciudadanía que extremen la precaución, que no bajemos la guardia. Siguen existiendo momentos críticos, permanecen horas complejas”, declaró durante una visita a la gravemente afectada región occidental de Extremadura.

Tras 16 días de calor abrasador, con temperaturas que alcanzaron los 40°C en muchas partes de España, el martes se registraron menores temperaturas y una mayor humedad en el aire en todo el país.

Las condiciones meteorológicas mejoradas otorgaron a los bomberos una ventaja en su batalla contra los masivos incendios que arrasan el oeste de España y que han calcinado más de 100,000 hectáreas (casi 250,000 acres) en menos de dos semanas.

Unas 373,000 hectáreas han sido arrasadas en España este año, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales.

Esto marca la peor temporada de incendios del país desde que comenzaron los registros en 2006, superando a 2022, cuando 306,000 hectáreas fueron consumidas por las llamas.

Un bombero pereció en un accidente de tráfico el domingo, elevando el número de víctimas mortales de los incendios a cuatro.

La visita del martes fue la segunda de Sánchez a las zonas afectadas, tras un viaje similar el domingo.

En ambas apariciones, abogó por un “pacto de Estado para enfrentar la emergencia climática”, enfatizando la creciente severidad de las crisis relacionadas con el clima.

“Cada año la emergencia climática empeora, cada año se vuelve más recurrente, y cada año sus efectos se aceleran”, afirmó.

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Los científicos sostienen que el cambio climático está agravando la frecuencia e intensidad del calor y la sequedad en partes de Europa, haciendo a la región más vulnerable a los incendios forestales.

Al reducir la humedad en el aire, la vegetación y el suelo, y disminuir el umbral en el que los materiales se encienden, las olas de calor convierten la vegetación en un combustible altamente inflamable, haciendo que los incendios sean aún más difíciles de controlar y extinguir.