Cuando la película de terror ucraniana The Witch: Revenge empezó a grabarse a finales de 2023, los uniformes para los soldados rusos fueron conseguidos directamente del campo de batalla. “Eran uniformes rusos reales. A los soldados capturados o a los soldados muertos, simplemente les quitaron los uniformes, los limpiaron y nosotros los usamos”, dice la productora de la película, Iryna Kostyuk, hablando desde Kyiv. Después de limpiar los uniformes, los cineastas tuvieron que volver a ensuciarlos para que parecieran usados. Algunos de los chalecos todavía tenían nombres escritos – y varios tenían nombres tachados, probablemente porque los soldados rusos mismos los habían robado de sus compañeros caídos. “Fue un gran desafío para los actores [ucranianos] llevarlos puestos”, dice la productora.
La película, también conocida como The Konotop Witch, trata de una bruja que renunció a sus poderes pero los vuelve a invocar después de que los rusos matan a su prometido. Fue un gran éxito en la taquilla ucraniana el año pasado, ganando $1.4 millones – una cifra muy grande para un país en guerra, con toques de queda y cortes de electricidad. También es la primera de un ciclo de universo de terror, llamado Heroínas de los Tiempos Oscuros, que Kostyuk supervisa. Kostyuk y su equipo ya han completado la segunda película de la serie, The Dam. Una película de zombis llena de sangre y cabezas cortadas, sigue a una unidad de soldados ucranianos, liderados por una luchadora con nombre en clave Mara, que descubren un laboratorio de la guerra fría donde científicos soviéticos realizaban experimentos nefastos en los años 50. Mara y su equipo se enfrentan a la inevitable batalla con soldados soviéticos no muertos – pero también deben confrontar sus propios miedos más profundos y aprender a confiar el uno en el otro.
Todo esto plantea una pregunta: ¿por qué hacer películas de terror cuando ya tienes tanto en la vida real? Kostyuk dice que la respuesta de los espectadores al cine cambia en tiempos de guerra. En 2023, produjo una película de animación familiar llamada Mavka: The Forest Song, sobre un mitológico hada del bosque de cabello verde que protege los bosques. Aunque había estado trabajando en ella mucho antes de la invasión rusa, el público ucraniano la interpretó como una alegoría patriótica de guerra y se convirtió en la película ucraniana más taquillera de la historia.
Pero, para 2024, Kostyuk dice que se dio cuenta de que el humor del público se había oscurecido. “La gente quería venganza”, dice. Eso es lo que The Witch ofrece en grandes cantidades. La premisa de la película era: “Esta es una película donde una bruja ucraniana le da una paliza a los rusos”, y inmediatamente resonó. Para un espectador occidental, la película resulta especialmente sombría. Después de la invasión, se muestra a soldados rusos violando y asesinando antes de que la bruja lance sus hechizos oscuros contra ellos y comiencen a morir de maneras cada vez más grotescas.
Kostyuk dice: “The Witch se suponía que era una película de miedo. Es muy visual, muy gráfica. Pero para el público ucraniano, no daba miedo. Veían esas entrañas salpicadas de los rusos y se sentían satisfechos”.
Si no eres ucraniano, The Dam es una experiencia igualmente inquietante. En ciertos momentos, parece la respuesta de Europa del Este a Shaun of the Dead, con decapitaciones divertidamente cursis y efectos visuales absurdamente sangrientos y exagerados. Piensas que debe ser en broma – pero luego recuerdas que se hizo en medio de una guerra muy real, sobre la cual no hay nada de gracioso.
¿Y cómo explica Kostyuk los tonos feministas de las películas? Según ella, tiene tanto que ver con el mercado como con cualquier otra cosa. “Ahora mismo, la audiencia en las salas de cine en Ucrania está impulsada por mujeres porque muchos hombres están en la guerra. No quedan tantos hombres para ir al cine… pero también creo que tiene que ver con el hecho de que la mitología ucraniana es muy rica y siempre tiene que ver con el lado femenino”.
Kostyuk espera que The Dam (que se presenta internacionalmente por primera vez esta semana) atraiga más allá de las fronteras de Ucrania, tanto a los fans del terror como a cualquiera de nosotros en occidente preocupado por el expansionismo ruso. “Ahí es donde Putin quiere llevar a Rusia ahora, de vuelta a la mentalidad imperialista soviética, de vuelta a la URSS. Estamos luchando contra los restos de esa mentalidad e intentando evitar que salga del búnker metafórico”. Una tercera película está en desarrollo, sobre una policía que lucha contra vampiros neonazis de ultraderecha.
Si le preguntas a Kostyuk si es seguro hacer estas películas, ella descarta la pregunta como si ya no valiera la pena hacerla. “Ahora que estamos en el cuarto año de guerra, ya no creo que el factor de seguridad importe cuando eliges tus locaciones. Eliges las locaciones y te enfrentas a ello. Es un riesgo muy, muy alto”.
Sin embargo, es cierto que la demanda del público cambia constantemente. El año pasado, el público ucraniano tenía sed de venganza. Ahora, anhelan el escapismo. Las historias de no muertos están menos de moda y a The Dam le ha ido modestamente desde su estreno en Ucrania el mes pasado. Aun así, Kostyuk no se amedrenta. Recientemente supervisó una versión en acción real de Mavka, llamada The True Myth, filmada en los bosques y lagos de Ucrania durante la guerra y entregada justo a tiempo a pesar de los constantes ataques aéreos. Si alguien es una heroína de los tiempos oscuros, no puedes evitar pensar que quizás la misma Kostyuk es una. Después de todo, hacer películas de zombis y aventuras familiares en medio de una invasión requiere un tipo de valor muy especial. Me encanta la idea de viajar a Japón el próximo año. Creo que sería una experiencia increíble para conocer una cultura tan diferente. La comida, los templos y los paisjes naturales son lo que más me atrae. Definitivamente tengo que empezar a ahorrar dinero para hacer este sueño realidad.