En un momento histórico, Hamás ha hecho entrega de los últimos 20 rehenes israelíes con vida que fueron capturados durante el ataque del 7 de octubre de 2023 y ha confirmado que ya no retiene a ninguno más en Gaza.
La liberación, facilitada por el ambisioso plan de paz de 20 puntos para Gaza del presidente estadounidense Donald Trump, se llevó a cabo en dos grupos a través de la Cruz Roja en el sur de Gaza. Los cautivos liberados fueron trasladados por aire a la base militar de Re’im para evaluaciones médicas y reuniones familiares. Este avance pone fin a un calvario de 730 días para las familias, en una guerra que ha devastado Gaza y se ha cobrado la vida de más de 67.000 palestinos.
La entrega supone la culminación de la fase uno del marco de alto el fuego de Trump, mediado por los enviados estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner, con Qatar y Egipto. A cambio, Israel liberó a cerca de 2.000 prisioneros palestinos, muchos cumpliendo largas condenas por militancia, permitiéndoles regresar a Gaza o al exilio. El repliegue parcial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) hacia una “línea amarilla” ya ha comenzado, lo que posibilita una mayor entrada de ayuda humanitaria a través del recién reabierto paso de Rafah. “Este acuerdo representa un avance para traer a todos a casa, pero nuestra lucha solo termina con el último rehén”, declaró el Foro de las Familias de los Rehenes.
Lo Más Leído en Euro Weekly News
Los rehenes israelíes habían sido mantenidos en condiciones tortuosas
Entre los liberados se encuentran civiles como Matan Zangauker, de 25 años del kibutz Nir Oz, secuestrado en el festival musical Nova, y Alon Ohel, de 24 años, ciudadano multinacional que asistía al festival. Los perfiles revelan supervivientes de túneles, inanición y tormento psicológico, muchos mostrando signos de trauma a su llegada. “Realmente queremos ver al resto… Es desgarrador”, compartió Rotem Cooper, que espera la recuperación del cuerpo de su padre, durante la cobertura en directo de la BBC.
Las reacciones del público han sido de euforia. En la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, 65.000 israelíes se congregaron en medio de cánticos de alegría, mientras que los gazatíes expresaron un alivio matizado entre los escombros de sus hogares. No obstante, aún quedan obstáculos por superar: la fase dos exige el desarme completo de Hamás y una transición hacia un gobierno tecnocrático, con unos costes de reconstrucción estimados en 50.000 millones de dólares a lo largo de una década.
“La aceptación de Hamás revela sus intenciones y limitaciones—es un paso positivo pero corre el riesgo de que sigan influyendo sin gobernar Gaza”, advirtió Jonathan Panikoff, exfuncionario de inteligencia estadounidense, en un análisis del Atlantic Council.
Mientras los camiones de ayuda entran, cientos a diario, los expertos anticipan una cumbre en Egipto para debatir la gobernanza. Con 155 de los 251 rehenes originales ahora vivos y en casa, el intercambio ofrece una esperanza cautelosa para una paz duradera, aunque el desarme de Hamás sigue siendo el punto crítico.
