Hamas dice que ha entregado los cuerpos de dos rehenes israelíes más bajo los términos del acuerdo de cese al fuego mediado por Estados Unidos. Sin embargo, afirma que necesita tiempo y equipo especializado para recuperar el resto de los fallecidos entre las ruinas de Gaza.
El brazo armado del grupo declaró en un comunicado que está comprometido con el acuerdo, pero que ya devolvió todos los cuerpos de rehenes que pudo localizar.
El presidente estadounidense Donald Trump ha dicho que las fuerzas israelíes podrían reanudar los combates en Gaza si Hamás no cumple lo acordado.
Por su parte, la oficina del primer ministro israelí indicó en un comunicado que Israel había recibido —a través de la Cruz Roja— ataúdes con los cuerpos de rehenes, los cuales esperan ahora su identificación oficial.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) piden al público que actúe con sensibilidad y espere la identificación oficial, que se comunicará primero a las familias de los rehenes fallecidos”, decía el comunicado.
Si se confirma que los dos cuerpos devueltos el miércoles por la noche son de rehenes, eso significaría que aún faltan por localizar a 19 en Gaza. Hamás tiene la obligación de devolver los 28 rehenes fallecidos como parte de la primera fase del plan de paz para Gaza.
Pero el brazo armado de Hamás declaró en un comunicado que “los cuerpos restantes requieren esfuerzos significativos y equipo especializado para buscarlos y recuperarlos, y estamos haciendo un gran esfuerzo para cerrar este asunto”.
Anteriormente, Israel dijo que “no cedería” en la devolución de los rehenes, afirmando que “la misión no está completa”.
El ministro de defensa israelí declaró que había instruido a las FDI para preparar un “plan integral” para derrotar a Hamás en Gaza en caso de que se reanude la guerra.
Después de reunirse con altos generales el miércoles, Israel Katz dijo que el ejército debe estar preparado para actuar si Hamás se niega a implementar el plan de paz.
Las últimas repatriaciones se produjeron después de que Israel dijera que uno de los cuatro cuerpos entregados por Hamás el martes no era de uno de los rehenes desaparecidos.
Los otros tres fallecidos fueron identificados como Tamir Nimrodi, de 20 años, Eitan Levy, de 53, y Uriel Baruch, de 35, según informó el Foro de Familias de los Rehenes.
El miércoles, el jefe humanitario de la ONU, Tom Fletcher, instó a Israel a abrir inmediatamente todos los cruces hacia Gaza para la ayuda humanitaria, como se establece en el plan de cese al fuego.
En una publicación en X, Fletcher dijo que Hamás debe “hacer grandes esfuerzos para devolver todos los cuerpos de los rehenes fallecidos”.
Añadió: “Como Israel ha acordado, deben permitir la entrada masiva de ayuda humanitaria —miles de camiones por semana— de la que dependen tantas vidas y en la que el mundo ha insistido”.
Hizo un llamado para que “haya más cruces abiertos y un enfoque genuino, práctico y resolutivo para eliminar los obstáculos restantes”, y dijo que “retener la ayuda a los civiles no es una moneda de cambio”.
El plan de cese al fuego de Trump, aceptado por Israel y Hamás, preveía que la entrega de los 48 rehenes se completaría antes del mediodía del lunes. Hamás devolvió a los 20 rehenes vivos el lunes.
Pero el acuerdo de cese al fuego mediado por Estados Unidos parece reconocer que Hamás y otras facciones palestinas podrían no haber podido encontrar todos los restos de los rehenes antes del plazo inicial del lunes.
Según el acuerdo, Israel también aceptó entregar los cuerpos de 15 palestinos a cambio de cada rehén israelí fallecido.
El ministerio de salud, controlado por Hamás, confirmó el miércoles que Israel ha devuelto los cuerpos de otros 45 palestinos, lo que eleva el número total de cuerpos liberados por Israel a 90.
Mientras tanto, en Gaza, los residentes reportan una creciente preocupación sobre la durabilidad del cese al fuego —y los precios de los alimentos se han disparado mientras los palestinos acumulan comida.
Comerciantes y proveedores en el enclave han estado acaparando productos alimenticios para crear escasez y aumentar las ganancias, por temor a que la guerra se reanude, según dijeron residentes locales a la BBC.
“Cada vez que empezamos a sentirnos seguros, aparecen nuevas amenazas y tememos que la guerra comience de nuevo”, dice Neven Al-Mughrabi, madre de seis hijos y desplazada de Gaza que vive en Jan Yunis.
“Perdí mi casa en la ciudad de Gaza, decidí quedarme aquí con mi familia porque no confío en el cese al fuego y estamos hartos del desplazamiento”.
Añadió que un comerciante en el mercado principal de Jan Yunis dijo que la demanda de harina, aceite y azúcar se había disparado en cuestión de horas. “A pesar del aumento repentino de los precios de alrededor del 30%, la gente compra como si no confiara en que la calma durará mucho; todos temen que la ayuda se detenga”, dice Neven.