Los ciudadanos de Guyana se encuentran inmersos en la elección de un presidente y miembros del Parlamento, quienes tendrán la responsabilidad de supervisar miles de millones en ingresos petroleros. Este proceso se desarrolla en un contexto marcado por la producción en alta mar en consorcio con empresas internacionales lideradas por Estados Unidos y crecientes tensiones territoriales con Venezuela.
Más de 750.000 votantes habilitados dispondrán hasta las 18:00 (22:00 GMT) del lunes para ejercer su derecho al voto en alrededor de 2.800 centros de votación.
Un total de seis partidos políticos compiten en estos comicios, contendiendo tanto por la presidencia como por los escaños del Parlamento Nacional, el cual consta de 65 miembros.
No obstante, la contienda se perfila efectivamente como una disputa a tres bandas entre el actual presidente, Irfaan Ali, del Partido Progresista del Pueblo (PPP); Aubrey Norton, del Congreso Nacional del Pueblo (PNCR); y el acaudalado empresario Azruddin Mohamed, quien fundó su propia agrupación, el Partido de la Nación, en el mes de marzo, con el objetivo de quebrar el tradicional bipartidismo.
Históricamente, el voto en Guyana ha seguido patrones étnicos claramente definidos: la población de origen indo-guyanes tiende a apoyar al PPP, mientras que la de ascendencia afro-guyanesa se inclina por el PNCR.
Mohamed, por su parte, aspira a alterar este esquema y ha logrado captar el apoyo de cierto sector juvenil. Sin embargo, enfrenta el rechazo abierto de Estados Unidos, que el año pasado le impuso sanciones bajo la acusación de que, junto a su padre Nazar Mohamed, defraudó al fisco guyanés y sobornó a funcionarios públicos. Ambos niegan categóricamente cualquier irregularidad.
El actual mandatario busca la reelección con la promesa de invertir los ingresos procedentes de las ventas de petróleo y las regalías del acuerdo con ExxonMobil y otras empresas en infraestructura para el país. Bajo el liderazgo de Ali, quien gobierna desde 2020, Guyana se ha consolidado como una de las economías de más rápido crecimiento a nivel global, impulsada fundamentalmente por el éxito de su sector petrolero.
El presidente Irfaan Ali, quien se postula para la reelección, llega a sufragar durante las elecciones generales en Leonora, Guyana, el lunes 1 de septiembre de 2025 (Matias Delacroix/AP)
Pero los grupos opositores argumentan que los beneficios del petróleo benefician de forma desproporcionada a círculos privilegiados y bien conectados. Tres de los cinco partidos que desafían al PPP se han comprometido, asimismo, a renegociar los términos del acuerdo con la corporación ExxonMobil.
El ganador de estos comicios deberá gestionar una pujante economía petrolera que ha cuadruplicado el presupuesto nacional, llevándolo a los $6.700 millones en 2025 desde el inicio de la producción en 2019.
Además, el próximo gobierno tendrá que abordar una crucial disputa fronteriza con Venezuela concerning la región de Esequibo, territorio en el que se ubican la mayor parte de las reservas petroleras de la nión.
El gobierno venezolano reclama dicha región, administrada por Guyana desde su independencia en 1966, como parte integral de su territorio. A pesar de que Caracas carece de autoridad efectiva en la zona, este año Venezuela procedió a designar una autoridad para el Esequibo.
La Comisión Electoral de Guyana ha indicado que los resultados preliminares podrían conocerse para el jueves o incluso más tarde. La formación política que logre la mayoría de los votos será la encargada de designar al próximo presidente.
Las elecciones de 2020 se vieron empañadas por un prolongado conflicto de cinco meses relacionado con el escrutinio de los votos. En esta ocasión, diversos grupos internacionales se encuentran desplegados en el terreno para monitorear el proceso, incluidos el Centro Carter, la Organización de los Estados Americanos y miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM), un pilar fundamental del comercio regional.
