Adquirir un vehículo en España conlleva impuestos clave y normativas que todo conductor debería conocer.
Créditos: Sergio Rojo, Shutterstock
Si eres expatriado en España y estás considerando comprar un coche este año, debes prepararte para más que solo el precio de salón.
Desde el IVA y el impuesto de matriculación hasta una serie de nuevos incentivos ecológicos, la normativa ha cambiado en 2025 y podría afectar considerablemente tu presupuesto. ¿La buena noticia? España ofrece algunos de los subsidios más generosos hasta la fecha para vehículos menos contaminantes. ¿La mala? El papeleo puede resultar un laberinto si no vas preparado.
Así que, desglosémoslo en términos sencillos: analizaremos los impuestos principales, qué deben esperar los expatriados si importan un vehículo y dónde se pueden encontrar los mayores ahorros.
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Impuestos que sorprenden a muchos recién llegados
Para la mayoría de los compradores, el primer impuesto que impacta es el IVA. En coches nuevos, se establece en un 21% y ya viene incluido en el precio del concesionario. No obstante, hay excepciones. Las familias con tres o más hijos y los conductores con discapacidad pueden optar a una tasa mucho más baja, a veces de solo el cuatro por ciento.
Los coches de segunda mano se gravan de modo diferente. Si compras a un particular en lugar de a un concesionario, te enfrentarás al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), que oscila entre el cuatro y el ocho por ciento dependiendo de la comunidad autónoma. Algunas zonas son más generosas que otras—Cataluña, por ejemplo, a menudo exime de este impuesto a los vehículos con más de diez años de antigüedad.
Luego está el impuesto de matriculación (IEDMT), único y definitivo, y aquí es donde las emisiones importan. Si tu coche es limpio y eficiente, emitiendo menos de 120 gramos de CO₂ por kilómetro, no pagarás nada. Pero cuanto más contaminante sea el vehículo, mayor será la factura, escalando en tramos desde el 4,75% hasta casi el 15% para los más contaminantes. Los híbridos y eléctricos pueden evitarlo por completo, como parte del impulso de España para que más conductores prescindan de los combustibles fósiles.
Importar un coche al mudarse a España
Muchos expatriados llegan a España con su coche a cuestas, solo para descubrir que las normativas pueden ser severas. Si tu vehículo procede de fuera de la Unión Europea, espera pagar un arancel de importación del 10% más el 21% de IVA. Incluso los coches usados atraen estos cargos, y matricularlos requiere un voluminoso paquete de documentación.
Si tu coche es de dentro de la UE, el proceso es algo más sencillo. No aplican aranceles de importación siempre que ya haya sido gravado en otro estado miembro. Dicho esto, el IVA aún puede ser exigible si el vehículo se clasifica como ‘nuevo’ – lo que significa que tiene menos de seis meses o menos de 6.000 km en el cuentakilómetros.
Existen exenciones, particularmente para aquellos que se trasladan permanentemente y han poseído su vehículo en el extranjero durante un tiempo. En esos casos, algunos impuestos de importación pueden obviarse, aunque navegar por la letra pequeña suele requerir la ayuda de un gestor, uno de los profesionales locales especializados en trámites.
Por qué optar por lo eléctrico tiene sentido en 2025
La verdadera novedad este año es el renovado impulso de España por los vehículos eléctricos. El programa MOVES III, ahora extendido hasta finales de 2025, ofrece sustanciosos subsidios que hacen que los EV sean mucho más atractivos que en el pasado.
Los compradores pueden descontar hasta €7.000 del precio de un nuevo coche eléctrico valorado en menos de €45.000. Los híbridos enchufables pueden optar a hasta €5.000, mientras que las furgonetas y vehículos comerciales eléctricos conllevan subvenciones de hasta €9.000. Las familias con bajos ingresos o quienes den de baja un viejo coche de gasolina o diésel obtienen aún más—un extra de €1.000.
También hay un nuevo incentivo incorporado en la ley tributaria española. Quien compre un EV este año puede deducir un 15% en el impuesto sobre la renta por un vehículo elegible, sobre una base máxima de €20.000. Las reglas son flexibles, además: puedes aplicarlo una vez hayas matriculado el coche o incluso si solo has abonado un depósito del 25% antes de finales de diciembre.
Los puntos de carga también conllevan beneficios. Instala uno en casa o en el garaje de tu comunidad, y puedes deducir el 15% del coste – hasta €4.000 anuales – mientras que el plan MOVES también puede cubrir una gran parte de la factura.
Los costes cotidianos que no puedes eludir
Los impuestos no terminan una vez comprado el coche. Cada año, los municipios españoles cobran un impuesto de circulación conocido como IVTM. Se basa en el tamaño y la potencia de tu motor, pagando más los grandes SUVs y los deportivos. En las grandes ciudades puede ir desde poco más de €20 hasta bien por encima de €200. ¿El lado positivo? Los vehículos eléctricos suelen obtener descuentos de hasta el 75%.
Luego está la ITV, la versión española de la ITV. Los coches nuevos no necesitan inspección durante sus primeros cuatro años, tras lo cual deben revisarse cada dos años hasta cumplir una década en la carretera. A partir de entonces, es anual. Los coches importados deben someterse a la ITV incluso si son completamente nuevos.
El seguro es otro aspecto innegociable. La cobertura a todo riesgo debe estar contratada antes de poder conducir tu coche, y aunque los costes varían enormemente, es una factura que a menudo sorprende a los expatriados si han subestimado las tarifas españolas.
Primas por achatarramiento y planes ecológicos
España también gestiona programas regionales más pequeños que recompensan a los conductores por dar de baja vehículos viejos. Conocidos como ‘Plan Renove’ en muchas zonas, estos pueden combinarse con las ayudas nacionales MOVES, abaratando aún más el cambio a una opción más ecológica. En algunas ciudades, los incentivos ahora se extienden más allá de los coches para incluir patinetes y bicicletas eléctricas, parte de un esfuerzo más amplio para reducir las emisiones urbanas.
Entonces, ¿qué deberían sacar en claro los expatriados?
El mensaje principal es sencillo: comprar un coche en España no se reduce solo al precio del concesionario. Los impuestos pueden elevar el coste final significativamente si no estás preparado, especialmente para coches importados o de altas emisiones. Pero, por otro lado, 2025 es un año excepcional para quienes estén dispuestos a pasarse a lo eléctrico, con subvenciones y deducciones que pueden ahorrar miles de euros.
Si te mudas aquí permanentemente, vale la pena sopesar si traer tu propio coche tiene sentido o si comprar localmente con los nuevos incentivos te resultará más ventajoso. Y sea cual sea la ruta que elijas, obtener asesoramiento de un gestor antes de firmar cualquier documento puede ahorrarte mucha frustración—y potencialmente mucho dinero.
El mensaje de España es claro: los coches más ecológicos son el futuro. Para los expatriados que se establecen en el país, comprender el panorama fiscal puede convertir una compra abrumadora en una inversión inteligente.
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