Un grupo terrorista neonazi de carácter violento, prohibido en todo el mundo occidental, ha fijado su mira en España para expandirse.
Una célula de tres individuos ha sido acusada de preparar atentados y difundir propaganda extremista con el fin de derrocar la democracia liberal en nombre de The Base, una red supremacista blanca que opera desde Rusia.
Los arrestos se realizaron en Castellón después de que los investigadores descubrieran lo que describen como la primera unidad operativa en España, cuyo cabecilla ya se encuentra en prisión.
Células vinculadas a este grupo han estado activas en Estados Unidos y Canadá, donde miembros han sido encarcelados por una campaña coordinada en la que sinagogas fueron vandalizadas bajo el nombre ‘Operación Kristallnacht’.
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The Base está prohibida como organización terrorista en toda la UE, Canadá, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.
La policía afirma que el trío español había abrazado por completo la ideología del grupo, realizado entrenamiento de estilo paramilitar y debatido abiertamente la posibilidad de realizar ataques violentos ‘selectivos’.
Cuando los agentes irrumpieron la semana pasada, encontraron un alijo que revela la gravedad de la amenaza: dos armas de fuego, nueve armas de imitación o de entrenamiento, munición, más de veinte cuchillos, equipamiento táctico militar, símbolos neonazis, vídeos propagandísticos y documentos que elogian a otros grupos violentos.
La historia se vuelve aún más siniestra al observar quién los dirigía.
Se realizaron tres detenciones en Castellón.
Según los investigadores, el líder de la célula española mantuvo contacto directo con el fundador de The Base – un extremista estadounidense llamado Rinaldo Nazzaro, quien anteriormente formó parte del mundo de la inteligencia de EE.UU. antes de desaparecer hacia Rusia.
Se cree que ahora dirige la organización desde allí bajo alias como Norman Spear y Roman Wolf.
Desde el extranjero, Nazzaro ha instado a sus seguidores a formar células locales, armarse y preparar ataques diseñados para crear caos, pánico y una profunda fractura política.
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El fundador de The Base, Rinaldo Nazzaro.
Su grupo promueve una doctrina violenta destinada a acelerar el colapso de las sociedades democráticas para que un régimen supremacista blanco pueda ocupar su lugar.
Los investigadores españoles creen que la célula de Castellón había seguido el mismo camino: consumir propaganda extremista, adoptar la ideología racial de la organización y realizar ejercicios tácticos en zonas remotas.
En las semanas previas a su arresto, habían comenzado a radicalizar su lenguaje en línea, elogiando actos violentos cometidos en el extranjero y señalando su disposición a seguir ese ejemplo.
Una camiseta con las palabras ‘Defend Europe’ impresas en el frente.
Fue esta combinación – armas, entrenamiento, un vínculo directo con Nazzaro y un claro giro hacia la acción – lo que desencadenó la operación de la semana pasada.
Los investigadores aún analizan los dispositivos incautados para determinar si la célula había establecido objetivos o calendarios.
Lo que está claro es que The Base – durante mucho tiempo considerada un fenómeno principalmente estadounidense y ruso – ha intentado por primera vez establecer una presencia en España.
Y las autoridades creen que el grupo está decidido a exportar su receta de caos, odio racial y violencia antidemocrática a dondequiera que encuentre seguidores dispuestos.
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