¡NUEVO! Ahora puedes escuchar los artículos de Fox News.
Arqueólogos descubrieron recientemente los restos de una enorme sala conciliar romana en Turquía, y el sitio contiene tallas vinculadas al culto cristiano primitivo.
El descubrimiento, encontrado en la antigua ciudad de Laodicea, fue reportado por la Agencia Anadolu en agosto. Situada en la provincia moderna de Denizli, Laodicea es mencionada múltiples veces en la Biblia, incluso en el Libro del Apocalipsis.
En Apocalipsis 1:11, Jesucristo le dice a Juan: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea”.
Laodicea también aparece en la Epístola a los Colosenses, donde el Apóstol Pablo la reconoce como una comunidad cristiana temprana.
Las imágenes del sitio muestran una cruz tallada en piedra, así como lo que parece ser el monograma cristiano Chi-Rho, que representa las primeras dos letras de “Cristo” en griego koiné. Los grabados también están acompañados por texto en griego.
Las fotos también muestran los restos del edificio del concilio romano, incluyendo una estatua sin cabeza del emperador Trajano y los remanentes de un teatro.
Los arqueólogos creen que el edificio tiene aproximadamente 2.050 años de antigüedad, aunque la edad de los grabados cristianos es desconocida.
Anteriormente, los excavadores también encontraron en el sitio la cabeza de una estatua de un sacerdote, junto con una escultura que representa a Escila, un monstruo de “La Odisea” de Homero.
Los arqueólogos dijeron a la agencia que el edificio funcionaba como el principal centro político y judicial de Laodicea. Su forma, con muros exteriores pentagonales y un plano hexagonal, podría ser la primera de su tipo en Anatolia.
La estructura albergaba hasta 800 miembros a fines del primer siglo a.C., con los nombres de varios ciudadanos, ancianos y jóvenes inscritos en los asientos.
El descubrimiento sigue una serie de hallazgos recientes de arqueología bíblica que han sido noticia este año.
Esta primavera, un niño israelí encontró un amuleto antiguo en Tel Azeka, una colina mencionada en el Libro de Samuel.
A principios de este año, un grupo de arqueólogos encontró evidencia de un jardín antiguo en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
