El gobierno de Gibraltar dio una respuesta muy breve a los llamamientos renovados en España para “tentar” a sus ciudadanos con la oferta de un pasaporte español.
Esta respuesta se produjo después de que la prensa española publicara un editorial que resucitaba una antigua propuesta para “tentar” a los ciudadanos de la Roca a aceptar los beneficios que conlleva la doble nacionalidad.
Hablando con el Olive Press, un portavoz del gobierno dijo que la respuesta fue “gracias, pero no gracias”.
La persona continuó: “Ya le dijimos al Sr. Margallo dónde podía meter su oferta”.
En 2016, el entonces ministro de Asuntos Exteriores de España, Jose Manuel Margallo, hizo una oferta similar como parte de un propuesto acuerdo de soberanía conjunta tras la votación del Brexit, una oferta que fue rápidamente y enfáticamente rechazada.
La propuesta incluía desmantelar la valla fronteriza y compartir el control sobre política exterior, inmigración y defensa.
El Ministro Principal de Gibraltar, Fabian Picardo, rechazó la oferta de inmediato, respondiendo famosamente “¡de ninguna manera, Jose!” en las Naciones Unidas.
Sin embargo, la idea ha vuelto a resurgir, esta vez en un editorial en el notoriamente hostil diario Algeciras Europa Sur, que admite libremente que la oferta en 2016 fue un “intento de socavar la soberanía e identidad de los Llanitos”.
“No fue aceptada por razones de identidad nacionalista y debido a la obvia futilidad de la medida con una frontera cerrada”, observó el periódico.
“Solo unos pocos aceptaron la tarjeta de nacionalidad española, hoy son afortunados.
“Sin embargo, es innegable que tal decisión, aplicada hoy en día, sería una verdadera ventaja para los gibraltareños, que volverían a disfrutar de los beneficios de ser miembros de la UE, sin renunciar a su identidad británica.
“Eso ciertamente sería un paso adelante para ellos, con cruces fronterizos gratuitos como miembros de la UE.
Agregando que la “medida se abordaría con respeto, como una invitación generosa sin imposiciones, y siempre con el máximo respeto a los respectivos gobiernos”, también “desmantelaría un viejo mantra de los diferentes gobiernos de Gibraltar: que España busca imponer su deseo de soberanía sobre la voluntad del pueblo de Gibraltar”.
El artículo concluye: “Sé que a algunos más radicales les disgustaría la medida debido a sus repercusiones políticas; pero no es confrontativa; es seducción, porque ser español, y por lo tanto parte de la UE (además de británico), haría la vida más fácil para muchos”.
