El Gobierno Balear está exigiendo poder gastar los más de 12 millones de euros anuales de ingresos que se recaudan de servicios como hamacas y chiringuitos. Como mínimo, el gobierno quiere que la Autoridad de Costas del Gobierno español convoque un comité conjunto para determinar cómo se gasta el ingreso anual.
En julio de 2023, las responsabilidades de gestión costera se transfirieron de la Costa al gobierno regional, que ahora cuenta con una dirección de costas para gestionar estas responsabilidades. Estas incluyen las autorizaciones para los servicios de playa. Los ayuntamientos pagan tasas anuales por estas autorizaciones y luego obtienen ingresos de contratistas o de la gestión directa de servicios.
Las responsabilidades se transfirieron, pero no los ingresos generados. Este continúa yendo a Madrid. El consejero regional de Mar, Juan Manuel Lafuente, afirma que las Islas Baleares asumen todos los costos sin ninguna compensación.
El Gobierno español debería haber convocado un comité conjunto pero no lo ha hecho. Mientras tanto, el ministerio de Lafuente está anticipando cualquier reunión estudiando las inversiones que se necesitan. La regeneración de playas es una prioridad al igual que el refuerzo de acantilados, “algunos se están derrumbando literalmente”.
En respuesta a los comentarios de Pilar Carbonero del PSOE de la oposición en el parlamento el martes, el ministro declaró: “Recibimos una transferencia mal financiada, mal negociada y discriminatoria”.
Comparó las transferencias de competencias a las Islas Baleares y al País Vasco al resaltar la aparente discriminación. “La transferencia a las islas vino con un presupuesto de 1,3 millones de euros, inversiones por valor de 2.000 euros y 18 empleados para 1.573 kilómetros de costa. El País Vasco, con 246 kilómetros, recibió 4,2 millones de euros, 400.000 euros en inversiones y 14 trabajadores”.
